Carsten Moser inició su intervención analizando los resultados de las elecciones celebradas en Alemania el pasado 23 de febrero, destacando el desempeño de los distintos partidos políticos. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) fue la fuerza más votada, con un 28,5 % de los votos y 208 escaños. Alternativa para Alemania (AfD) se situó como la segunda fuerza política, alcanzando un 20,8 % y 152 escaños, duplicando su resultado de hace tres años. Por su parte, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), liderado por el actual canciller Olaf Scholz, obtuvo su peor resultado histórico, con un 16,4 % de los votos y 120 escaños. Los Verdes se posicionaron en cuarto lugar con un 11,6 % y 85 escaños, seguidos por Die Linke, que logró un 8,8 % y 64 escaños.
Con este panorama electoral, solo se vislumbraban dos posibles coaliciones para formar gobierno en Alemania: una alianza entre la CDU y la AfD, o una coalición entre la CDU y el SPD. Sin embargo, debido al cordón sanitario impuesto por el resto de partidos a la AfD, la única opción viable fue la coalición entre democristianos y socialdemócratas, como subrayó Friedrich Merz la misma noche electoral. Esta coalición gobernante contaría con una mayoría ajustada, superando por solo tres escaños la mitad del total de 630. Friedrich Merz, el próximo canciller, posee una destacada trayectoria tanto en el ámbito político como en el sector privado. En las últimas semanas, ha demostrado aplomo y voluntad de cambio en la toma de decisiones, sorprendiendo a muchos alemanes e impactando el escenario político incluso antes de asumir oficialmente el cargo, según Moser.
Moser enfatizó que, a partir de experiencias previas en Alemania, el éxito de la coalición dependerá en gran medida de la relación entre el canciller y el líder del socio minoritario, previsiblemente Boris Pistorius, del SPD. Pistorius, con una dilatada carrera profesional y altos índices de popularidad, es reconocido como un gran comunicador y gestor, lo que sugiere que formará un sólido tándem con Merz.
Tras las elecciones, se han abierto mesas de diálogo entre los líderes de ambos partidos para negociar la formación del gobierno y alcanzar acuerdos en asuntos clave. Entre las medidas consensuadas figuran la creación de un fondo especial para infraestructuras, el aumento del gasto militar sin límites, el endurecimiento de la política migratoria y la implementación de nuevas disposiciones económicas, entre ellas la subida del salario mínimo y de las pensiones a partir de junio de 2025.
Para revertir la recesión de la economía alemana, que se contrajo por segundo año consecutivo en 2024, aún quedan muchas medidas por concretar. Entre las propuestas en discusión destacan la reducción de la carga fiscal para las empresas y la disminución del coste de la electricidad para la industria. Uno de los sectores más afectados es el automovilístico, golpeado por la competencia de los vehículos eléctricos chinos. En este sentido, Moser señaló que el nuevo gobierno podría recuperar los subsidios para la compra de coches eléctricos, así como aumentar las ayudas a la investigación y desarrollo en este ámbito.
Actualmente, las negociaciones del acuerdo de coalición avanzan a buen ritmo, por lo que se espera que el nuevo gobierno esté constituido antes de Semana Santa. En cuanto a la posición de la nueva coalición en el ámbito europeo, Moser subrayó un cambio significativo: la voluntad de Alemania de asumir un papel más activo en la búsqueda de soluciones a las crisis actuales y en el liderazgo del continente.
Aranzazu Álvarez