La sesión se desarrolló en español y congregó a una audiencia interesada en comprender el papel de Iberoamérica en el panorama global. Para ello, contamos con la participación de Andrés Allamand, titular de la Secretaría General Iberoamericana desde 2022.
Andrés Allamand comenzó su intervención destacando el creciente interés geopolítico que despierta Iberoamérica en el escenario internacional. Entre los factores que la sitúan como una región estratégica mencionó su gran tamaño en población y superficie, que representa el 9% del PIB mundial, el 40% de su biodiversidad, su capacidad como productor mundial de alimentos y sus vastas reservas de minerales estratégicos, litio y tierras raras.
Estas características han despertado el interés entre las grandes potencias como China, la UE, Rusia y Estados Unidos, consolidando a Iberoamérica como un actor clave en el panorama global.
Asimismo, la Comunidad Iberoamericana se organiza en torno a la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), cuya gran afinidad natural entre los países miembros se basa en la historia, la cultura, los idiomas o los movimientos migratorios. Esta conexión ha generado un acervo, principios y planteamientos dándole una fisionomía en torno al apoyo a la Carta de Naciones Unidas, al multilateralismo, la paz, la defensa de los derechos humanos y la adhesión democrática, al tiempo que refuerza el compromiso con la sostenibilidad, la igualdad de género y la digitalización.
Este proceso se remonta a hace más de tres décadas, cuando en 1991 veinte de los veintidós países miembros actuales se reunieron en México dando pie a un proceso de institucionalización, a partir de esa afinidad natural y raíces, apoyándose en principios fundamentales como la horizontalidad o igualdad de sus miembros, el consenso y la no exclusión.
La Comunidad Iberoamericana se organiza en dos planos: el político y el operativo. El primero se refleja en las cumbres cada 2 años de Jefes y Jefas de Estado (la siguiente en 2026 será en España), espacios clave de concertación, de diálogo y de adopción de resoluciones de alcance regional, con sus reuniones ministeriales y el apoyo de la SEGIB. El nivel operativo, por su parte, incluye por un lado los mecanismos e instrumentos de cooperación basados en « programas de cooperación » así como en « redes iberoamericanas » de agencias nacionales, y por otro lado, de encuentros que van más allá de los gobiernos, con actores empresariales, locales, y de la sociedad civil, ampliando así su alcance y profundidad.
Allamand destacó los retos y desafíos que enfrenta Iberoamérica en el actual contexto internacional convulso y cambiante, marcado unos siete planos por la crisis del sistema multilateral, un mundo multipolar, un retorno o persistencia conflictos armados persistentes, un proceso de retroceso democrático global, el cuestionamiento de la globalización y el agravamiento de la crisis climática.
Sin embargo, el Secretario General Iberoamericano destacó que estos desafíos también representan una oportunidad única para que la Comunidad Iberoamericana se transforme en este contexto en un actor internacional relevante. Para ello, resulta fundamental avanzar en diversas direcciones comenzando por una mayor concertación política y diálogo, así como fijando posicionamientos comunes frente a desafíos globales como el cambio climático, la transición energética y la reforma de la arquitectura financiera internacional. En esa misma dirección enfatizó sobre la importancia de la cooperación en la generación de políticas públicas, el desarrollo de marcos regulatorios comunes – por ejemplo, frente a la IA- y el aprovechamiento de las múltiples posibilidades que ofrece la región.
Así, la Comunidad Iberoamericana debe contar con un papel estratégico a la hora de impulsar la convergencia con la Unión Europea, ya que todo indica que existen múltiples ventajas para un afianzamiento de la relación UE- América Latina a través de una triple convergencia: política, estratégica en campos de complementariedad y comercial/económica con ejemplos en los acuerdos UE con Mercosur, Chile y México.
La sesión concluyó con un interesante debate donde los participantes pudieron plantear preguntas sobre los temas tratados. Este intercambio subrayó la importancia del crecimiento económico en Latino América, así como del sector privado, como pilares fundamentales para una mayor integración en la región.
Sofía Gómez
Asistente de comunicación en INCIPE