La sesión se desarrolló en español y congregó a una audiencia interesada en comprender las perspectivas de futuro en vista a las elecciones de Estados Unidos. del 5 de noviembre de 2024. Para ello, contamos con la participación de Jorge Dezcallar, ex embajador de España en los EE.UU. (2008-2012), entre otros cargos. Durante la sesión, Jorge Dezcallar presentó un análisis detallado del programa político de los candidatos a la futura presidencia de EE.UU., Kamala Harris y Donald Trump. El ponente puso el foco en la política exterior, señalando el impacto de la perspectiva estadounidense en la geopolítica internacional.
Jorge Dezcallar comenzó su intervención destacando la naturaleza trascendental de las elecciones en Estados Unidos, enfatizando que estas no solo afectan a quienes votan, sino que tienen un impacto global significativo. El ponente ilustra la polarización extrema del panorama político actual, donde el nivel de debate ha alcanzado mínimos preocupantes. Además, recuerda que no se trata de unas elecciones centralizadas y proporcionales, sino que se descompone en 50 contiendas distintas, siendo determinantes siete estados volátiles que podrían definir el resultado. Tras estos breves apuntes introductorios, Dezcallar ofrece un análisis de cada uno de los candidatos, centrándose especialmente en la política exterior.
En el caso de Kamala Harris, Dezcallar observa una continuidad respecto a las políticas de Biden, aunque con la necesidad de marcar ciertas distancias. Harris buscará reforzar la competitividad económica de EE.UU., manteniendo una política exterior al servicio de la clase media americana. Esto implica la aplicación, por ejemplo, de aranceles moderados.
Dezcallar destaca también el compromiso de la candidata demócrata con un multilateralismo que fortalezca organizaciones internacionales como la ONU, incluido el Consejo de Seguridad. Harris buscará también reforzar las alianzas estratégicas, especialmente con Europa y la OTAN. En este sentido, mantendrá el liderazgo en la guerra de Ucrania y el compromiso con el Artículo 5. En el caso de China, Harris querrá fortalecer el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD) con Japón, Australia e India. Dezcallar también señala que la candidata mantendrá el compromiso para con el refuerzo de la democracia en el mundo, aun aceptando que deberá entenderse con países que no sean democracias si quiere abordar problemas globales. Todo ello vendrá del reconocimiento de la necesidad de aliados que atraviesa EE.UU., en un intento de revertir la imagen de potencia en declive con la que algunos países lo asocian.
Respecto a su gestión de adversarios geopolíticos, la relación con China es vista como un desafío estratégico, donde buscará mantener un diálogo constructivo que disminuya los riesgos. Aún así, se posicionará firmemente respecto a Taiwán para conservar su imagen con otros países de la zona. En relación con Rusia, Harris mantendría las sanciones y el apoyo a Ucrania, en un contexto donde Rusia es considerada una potencia regional. Respecto a la crisis de Oriente Medio, el ponente señala que mantendrá el apoyo incondicional a Israel, aunque pujará por un alto al fuego.
En contraste, la figura de Donald Trump representa un enfoque radicalmente diferente. Trump es descrito como un nacionalista que desconfía de los procesos democráticos tradicionales, favoreciendo un estilo de liderazgo que se percibe como autocrático y polarizante. Su visión de la política internacional es geoeconómica y no geoestratégica, y aunque no es aislacionista, cree en el principio del ‘burden-sharing’. Esto hace que, bajo su liderazgo, la OTAN pudiera sufrir un debilitamiento significativo, ya que considera que los países europeos no contribuyen lo suficiente a su defensa. A diferencia de Harris, no buscará una coordinación con Europa en temas de interés común, aunque podría aliarse con países europeos de forma bilateral. Trump también pretende imponer aranceles elevados a los productos europeos y, en caso de una guerra comercial con China, Europa también podría verse afectada.
Respecto al conflicto en Oriente Medio, Trump es el presidente más pro-israelí que se recuerda. Para él el problema no está en los palestinos, sino en Irán, de forma que un control sobre este último solucionará la cuestión palestina. Además, considera que EE.UU. no debe presionar por un proceso de paz entre Gaza e Israel. Dezcallar señala que, a pesar de esto, en el fondo no hay diferencias mayores entre Harris y Trump en su apoyo a Israel. Con respecto a China, Trump lo considera un competidor estratégico que puede desafiar el orden mundial establecido. Su círculo cercano no descarta un ‘decoupling’ radical, con un aumento de aranceles que podría llegar hasta el 200% y la adopción de una política confrontacional.
Tras su análisis de cada candidato, Dezcallar también ofreció una reflexión sobre la evolución del perfil del votante respecto a cada candidato. Generalizando, se ha observado un mayor peso de género, edad, y el nivel cultural o educativo, que de la etnia o la clase socio-económica. En este contexto, Kamala Harris parece contar con un mayor apoyo entre mujeres, jóvenes y personas educadas, mientras que Trump destaca en la preferencia de hombres y votantes con menos formación académica.
El ponente finalizó su intervención recalcando que, de acuerdo con lo señalado durante su exposición, la victoria de Trump podría tener consecuencias negativas no solo para Estados Unidos, sino para la comunidad internacional en su conjunto.
La sesión concluyó con un debate donde los participantes pudieron plantear preguntas sobre los temas tratados. Este intercambio subrayó la relevancia de comprender el efecto que la perspectiva en política internacional de los candidatos a las elecciones de EEUU podría tener a nivel mundial.
Lucía Rodríguez