En esta conferencia tuvimos la oportunidad de organizar dos mesas redondas. La primera, titulada De Madrid a Washington: ¿rejuveneciendo a la Alianza o regreso al pasado?, estuvo moderada por Vicente Garrido, director general de INCIPE. En ella participaron José Hornero, subdirector general de Asuntos Internacionales de Seguridad del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación; el coronel Diego Alcolea, jefe del área OTAN de la Subdirección de Planes y Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa; y Paula Redondo, coordinadora de programas para Rusia y Asia Central en la División de Diplomacia Pública de la OTAN.
La segunda mesa redonda, titulada Los retos estratégicos y estructurales de la OTAN, estuvo moderada por el coronel José Luis Calvo, director de la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa en la Secretaría General de Política de Defensa del Ministerio de Defensa. En ella participaron el teniente general Luis Lanchares, Deputy Commander en el Cuartel General del Mando de la Fuerza Conjunta Aliada de la OTAN en Brunssum (Países Bajos); el general de brigada Carlos Javier Frías, director de la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra del Ministerio de Defensa; y Silvia Iranzo, patrona de INCIPE, embajadora de España y profesora de economía en CUNEF e IEB.
Ricardo Díez-Hochleitner, secretario general de INCIPE, comenzó su intervención destacando el momento crucial que atraviesa la OTAN en este 75 aniversario, en medio de un clima internacional complejo y decisivo, y tras el reciente traspaso de funciones del antiguo secretario general Jens Stoltenberg a su sucesor Mark Rutte. Siguiendo las palabras de Stoltemberg en su acto de despedida, Díez-Hochleitner afirma que si bien el mundo ha cambiado enormemente en los últimos años, la Alianza también lo ha hecho, viviendo una etapa de adaptación y modernización sin precedentes. El refuerzo de su unidad, cohesión y capacidad de disuasión se debe a la necesidad de reaccionar ante un nuevo entorno, marcado por la invasión rusa de Ucrania, la incertidumbre, la volatilidad y la multiplicidad de nuevas amenazas. Este refuerzo adquiere alcance, finaliza Díez-Hochleitner, gracias a los importantes partenariados que mantiene la Alianza con socios externos al espacio euro-atlántico.
Por su parte, el director del CESEDEN, TG Miguel Ballenilla, llama al aprovechamiento del aumento del interés de la ciudadanía en cuestiones internacionales, derivado de la invasión de Ucrania, para promover la importancia de la cultura de defensa. El teniente general dedica parte de su intervención a poner en valor la aportación de España a la Alianza, cuyo nivel de compromiso con la OTAN ha sido indiscutible a lo largo de los años. Ballenilla afirma que España facilita una serie de elementos cruciales a la organización, como son su posición geográfica cercana al vecindario sur, su carácter pro-europeo como nexo entre la otan y la UE, y una mirada hacia iberoamérica que resulta indispensable para los partenariados con América Latina. Miguel Ballenilla finaliza destacando la capacidad de adaptación de la OTAN ante el resurgimiento de las tensiones geopolíticas, con el objetivo de seguir sirviendo a los fines para los que fue creada.
De Madrid a Washington: ¿rejuveneciendo a la Alianza o regreso al pasado?
Durante la primera mesa redonda, titulada De Madrid a Washington: ¿rejuveneciendo a la Alianza o regreso al pasado?, el subdirector general de Asuntos Internacionales de Seguridad del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Hornero, afirma que nos encontramos en un momento radicalmente distinto tanto de la Alianza como del espacio euroatlántico. Hornero destaca algunas claves que nos permiten comprender que la OTAN no está volviendo al pasado; de acuerdo con el ponente, existen nuevas amenazas (híbridas, desinformación o ciberseguridad, por ejemplo), que ponen de manifiesto la necesidad de una coordinación mayor a través de nuevas arquitecturas que se solapen y garanticen la fluidez de las actividades que se llevan a cabo para contrarrestarlas. Además, Hornero dedica parte de su intervención a explicar de qué forma España está aplicando las claves del concepto estratégico de la Alianza. Esto ha incluido el aumento del presupuesto, la contribución al conjunto de sistemas de naturaleza estratégica dentro de la OTAN, o el apoyo a la posición de la organización respecto a la amenaza que supone Rusia para el espacio euroatlántico.
Para finalizar, Hornero menciona la necesidad de alineamiento en la inversión de los estados miembro para garantizar que sean eficaces, sobre todo teniendo en cuenta la mutabilidad del concepto de conflicto, que contempla escalas más amplias que la de la guerra de alta intensidad.
En su intervención, Cor. Diego Alcolea, jefe del área OTAN de la Subdirección de Planes y Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa, afirma que aunque la Alianza ha vuelto a su esencia, restableciendo la disuasión como foco, esta no guarda ningún parecido con la OTAN original de hace 75 años. De acuerdo con el coronel, la Cumbre de Washington puso de manifiesto a una OTAN más fuerte, más unida y más global. Estas cualidades han permitido a la Alianza no sólo adherir nuevos miembros, sino además implementar los cambios propuestos en las Cumbres de Madrid (2022) y Vilna (2023) en un tiempo muy reducido y manteniendo el consenso entre sus 32 miembros en la toma de decisiones. Alcolea menciona también la mejora de las capacidades operativas de la OTAN en los últimos años, tanto en el ámbito terrestre como en el aéreo. Este desarrollo ha ido acompañado del aumento de la inversión en defensa de los estados miembros, con Canadá y los países europeos en su conjunto aumentando su inversión un 18% en el último año. Además, la mayor globalidad de la Alianza se muestra en el refuerzo de la cooperación con sus socios estratégicos, especialmente en el indopacífico y el vecindario sur.
Diego Alcolea finaliza su intervención reconociendo que aunque el camino que la OTAN tiene por delante no es fácil, seguirá siendo el fundamento principal de la defensa de todos sus miembros si continúa manteniendo su unidad y su esencia como organismo eminentemente militar y garante de la disuasión, elementos que han sido las claves de su éxito hasta nuestros días.
Para concluir el turno de intervenciones de la primera mesa redonda, Paula Redondo, coordinadora de programas para Rusia y Asia Central en la División de Diplomacia Pública de la OTAN, explica que desde la cumbre de Madrid la OTAN se ha embarcado en su transformación más grande en décadas, centrándose en la disuasión y defensa como piedras angulares. En este contexto, la ponente destaca las tres grandes prioridades de la organización, ya mencionadas en la Cumbre de Madrid, pero profundizadas a partir de la de Washington. La primera, garantizar que la organización cuenta con las capacidades necesarias para protegerse de cualquier amenaza, se inscribe en el objetivo de lanzar a los posibles adversarios un mensaje que les haga comprender la disposición de la Alianza de proteger la paz de forma colectiva. La segunda, el apoyo a Ucrania, supone una inversión en la propia seguridad de la OTAN, porque una Ucrania independiente y democrática es vital para la paz, la seguridad y la estabilidad en el continente. La tercera, el uso de los partenariados para abordar los crecientes desafíos, pone de manifiesto que aunque la OTAN es una organización regional, la cooperación con sus socios es crucial para abordar retos de carácter global.
Paula Redondo finaliza su intervención señalando que estas 3 prioridades son las que definen la hoja de ruta para enfrentar las amenazas actuales. Además, añade que teniendo en cuenta la variedad de procedencias y naturalezas que estas pueden presentar, es necesario construir una Alianza más fuerte y unida que nunca para afrontarlas.
Al concluir las intervenciones de los ponentes, se abrió un turno de preguntas en el que pudieron participar tanto los asistentes presentes en la sala como aquellos que participaban de manera virtual, abordando diversos aspectos tratados durante la mesa redonda. Este intercambio de ideas y perspectivas permitió ampliar el conocimiento compartido y enriquecer la discusión en el marco de la Alianza antes de dar por finalizada la sesión.
Los retos estratégicos y estructurales de la OTAN
La segunda mesa redonda, titulada Los retos estratégicos y estructurales de la OTAN, estuvo enfocada en los retos geoestratégicos que vive la OTAN y que tiene por delante la organización de cara al futuro. El primero en tomar la palabra fue TG Luis Lanchares, Deputy Commander en el Cuartel General del Mando de la Fuerza Conjunta Aliada de la OTAN en Brunssum (Países Bajos), quien destacó la capacidad de adaptación constante de la OTAN a los nuevos escenarios de seguridad, así como su compromiso para alcanzar una postura de disuasión creíble. Lanchares explicó que las acciones actuales del mando militar no son más que la consolidación y el perfeccionamiento de mandatos políticos recibidos en cumbres anteriores. El teniente general destaca cuatro retos principales a los que se enfrenta la Alianza: la consolidación de la postura de disuasión y defensa, de forma que los planes del mandato político sean ejecutables en el militar; la alineación de los objetivos particulares de cada estado miembro con los intereses generales de la alianza; asegurar la disponibilidad de los recursos que permiten llevar a cabo operaciones militares; sostener el apoyo a Ucrania de forma continuada.
Luis Lanchares finaliza su intervención reiterando la parcialidad del compromiso político para asegurar la agencia de la Alianza. Además, reiteró que la vuelta a la defensa colectiva no implica una vuelta al pasado, ya que la forma en que se llevan a cabo las operaciones para alcanzar esa defensa colectiva varía muy sustancialmente de todo lo que se haya hecho hasta el momento.
En su intervención, GB Carlos Javier Frías, director de la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra del Ministerio de Defensa, señaló que las amenazas actuales son síntomas de la inestabilidad del mundo multipolar en el que nos estamos adentrando. En un entorno de seguridad en degradación, la OTAN adquirirá cada vez un rol más importante, puesto que es la herramienta que asegura la paz y seguridad fundamentales para nuestra forma de vida. Sin embargo, Carlos Frías explica que el mundo del multidominio también afectará al tipo de amenazas que nos rodea, que procederán cada vez de un arco mayor, tanto en términos de procedencia geográfica como respecto a su naturaleza. En este sentido, uno de los mayores retos de la OTAN es aumentar el arco de operaciones que se emplean para afrontar esa variedad de retos. Frías también destaca otros retos, como la presencia rusa en África, el carácter ideológico de la lucha por la hegemonía de China, o la capa de complejidad que añade internet a la gestión de la desinformación y la guerra informativa.
Carlos Frías termina reiterando la necesidad de defender el sistema de valores que comparten todos los aliados y que aseguran la prosperidad y la cohesión dentro de la alianza.
Silvia Iranzo, miembro del Patronato de INCIPE, embajadora de España y profesora de economía en CUNEF e IEB, cerró la segunda mesa redonda poniendo el foco en las empresas que producen bienes militares. De acuerdo con Iranzo, hablar de empresas en el sector militar implica inevitablemente hablar de la UE ya que, además de compartir miembros con la OTAN, es el área mundial que más invierte en defensa, casi al nivel de China. Uno de los mayores retos para estas empresas es mejorar la eficiencia de sus procesos productivos, eliminando modelos poco eficientes o exitosos y manteniendo solo los más avanzados. Esto permitiría aumentar la interoperabilidad a nivel europeo y, por tanto, en la OTAN. Además, debido a la gran inversión en i+D que supone el desarrollo de equipamientos tecnológicamente punteros, así como su largo proceso de maduración, se pone de manifiesto una necesidad de asegurar desde el sector público contratos largos a los desarrolladores, además de prestar ayuda en la financiación inicial y el mantenimiento de los equipos. Otros retos destacados son la importancia de permitir la exportación de los equipos para asegurar la rentabilidad de las actividades de escala, así como la dificultad de compaginar el aumento del gasto en defensa sin transgredir las normas fiscales de la UE.
Para finalizar, Iranzo destacó la importancia de alinear los intereses de la OTAN con los de los contribuyentes, pasando por la concienciación del ciudadano sobre la importancia del gasto en defensa.
Al concluir las intervenciones de los ponentes, se dio paso al segundo debate de la sesión, en el que los participantes presenciales y aquellos que nos acompañaban de forma virtual formularon sus preguntas a los ponentes de esta segunda mesa redonda.
Clausura del seminario
Para concluir la Conferencia, contamos con las palabras de clausura de Javier Colomina, vicesecretario general adjunto de la OTAN para Asuntos Políticos y Política de Seguridad, y representante especial del secretario general para la Vecindad Sur, quien comenzó su intervención poniendo en valor la capacidad de la OTAN para mantener la paz y la seguridad euroatlántica en medio de una situación internacional tan compleja como la que vivimos. Colomina destaca la eficacia de la disuasión para mantener la estabilidad, con la cumbre de Washington dando paso al mayor refuerzo de la seguridad colectiva en la historia de la organización. Las nuevas ambiciones requieren un aumento de los recursos por parte de los estados miembros, tanto en capacidades militares como económicas. El ponente mencionó también la centralidad del apoyo a Ucrania en las actuales hojas de ruta de la OTAN, centrado en la cooperación práctica, el apoyo financiero y el acercamiento político a la organización.
Javier Colomina finalizó poniendo en valor la riqueza de los partenariados, que permiten enfrentar conjuntamente los retos y amenazas actuales. Se centró especialmente en el Plan de Acción sobre el Vecindario Sur, específicamente en su papel como Representante Especial. Su función consiste en coordinar todas las actividades de la organización en el sur, centrándose en cuatro pilares: el diálogo político no solo con los socios, sino también con actores que no lo son y con los propios aliados; la cooperación práctica en el apoyo a los socios; la visibilidad y presencia de la organización con la apertura de oficinas políticas en socios que lo soliciten; la interacción de las organizaciones regionales del Vecindario Sur.
Lucía Rodríguez