Alicia García Herrero inició su participación explicando los dos aspectos más relevantes en los que se enfocaría su intervención. En primer lugar, abordó la desaceleración de la economía china y cómo ésta evolucionará. Para ello, recordó la velocidad de crecimiento que China ha experimentado en comparación con países como Japón o Corea, y los desafíos sociales que esta velocidad conlleva. En segundo lugar, habló sobre la relación entre China y la Unión Europea y la incertidumbre que rodea dichas relaciones.
Respecto al crecimiento económico de China, se estima que para el año 2035 alcanzará los 30 billones de dólares americanos, lo que representa un crecimiento del 2,04 %. Llegado ese momento, podría igualar la economía estadounidense, pero no superarla, así lo señaló García Herrero. De hecho, explicó que a partir de 2035 también habrá una divergencia entre China y Estados Unidos debido al impacto del envejecimiento de la población. Por tanto, las expectativas de China de superar a Estados Unidos en términos de crecimiento económico para el año 2027 no son realistas, según la ponente. La situación actual no es comparable con el momento en que Estados Unidos superó al Reino Unido en crecimiento económico. Para que China se convierta en líder mundial, debería aumentar su PIB en un 50% en comparación con el de Estados Unidos. García Herrero enfatizó que aún quedan años de competencia estratégica continua entre Estados Unidos y China, y que para que China pueda sacar ventaja, sería necesario que Estados Unidos atraviese una gran recesión.
Por otro lado, Alicia García Herrero señaló que la idea de que China no tiene deuda es incorrecta. El creciente nivel de deuda en China, especialmente después del impacto de la pandemia de la Covid-19 y las medidas de apoyo del gobierno en 2020, representa un obstáculo importante para el aumento y desarrollo de la inversión. Asimismo, China también ha sido objeto de medidas intervencionistas perjudiciales. Es importante destacar que la deuda de China no es externa, sino interna, y se sustenta en el ahorro de las familias. Todo esto responde a que China no tiene una moneda de reserva internacional.
Sumado a estos factores, el envejecimiento es una preocupación para China, la población del país está experimentando un rápido envejecimiento debido a la disminución de las tasas de fertilidad y al aumento de la esperanza de vida. La disminución de las tasas de fertilidad, que comenzó a finales de la década de 1990, finalmente se tradujo en una disminución de la población en edad de trabajar después de 2017. El impacto del envejecimiento se ha sentido con mayor fuerza en las áreas rurales, ya que muchas personas en edad de trabajar han migrado de las zonas rurales a las urbanas. Este cambio ha ayudado a mitigar los efectos del envejecimiento en la productividad y, por ende, en el crecimiento económico general. García Herrero destaca que el impacto negativo del envejecimiento en el crecimiento será importante después de 2035, ya que no se puede esperar un mayor proceso de urbanización.
En cuanto a las relaciones comerciales y de inversión entre la Unión Europea y China, destaca que la pandemia ha llevado a un aumento significativo del déficit comercial de la UE con China, alcanzando los 418 mil millones de dólares en 2022. Uno de los factores es la fuerte dependencia de la UE de las importaciones chinas para su transición hacia la energía verde, la cual se ha acelerado aún más debido a la invasión de Rusia a Ucrania, García Herrero explica que es poco probable que esta tendencia se revierta. De hecho, dicha dependencia se ha vuelto aún más evidente en la transición de la UE hacia la energía verde debido a la posición cada vez más dominante de China en productos de energías renovables, como los paneles solares fotovoltaicos, que representan el 87% de la producción mundial y el 89% de las importaciones pertenecen a la UE.
Por otro lado, China se ha convertido en el mayor socio comercial de Alemania en cuanto a importaciones, mientras que Estados Unidos sigue siendo el principal mercado de exportación de Alemania. Las importaciones chinas, incluidas las de la UE, han crecido a un ritmo más lento que el comercio mundial, y las exportaciones de la UE hacia China han tenido un rendimiento inferior al promedio mundial. La principal razón del bajo rendimiento de las exportaciones de la UE hacia China radica en el rápido avance y la capacidad de competencia de China en una amplia gama de sectores. Las fuerzas del mercado, la innovación y las políticas industriales como Made in China 2025 han contribuido a este cambio.
En el debate que se celebró después de la intervención de Alicia García Herrero se abordaron temas importantes, como la relación entre China y Rusia, destacando que es una relación de conveniencia que debe entenderse como tal. Otros temas de gran valor fueron la posición de la India, su competencia y relación con China. También se discutió sobre el largo camino de China hacia la desdolarización y el fortalecimiento del yuan.
Danela Bordones