Durante la conferencia, se abordó la situación actual de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, destacando la oportunidad propicia que se presentará en el año 2023 para reactivar, fomentar y consolidar dichos vínculos. Si hay unas regiones en el mundo que pueden fortalecer sus vínculos, son América Latina y la UE. Según las palabras de Jiménez, América Latina es un auténtico coloso, dotado de una gran biodiversidad y tiene, además, una población juvenil mucho más numerosa que la de la UE; características que deberían resultar sumamente atractivas para la UE.
América Latina, indudablemente, afronta todavía numerosos retos y desafíos que debe enfrentar: desde las elevadas tasas de inflación, un problema que aqueja a muchos otros países del mundo, pobreza, desigualdad, una fragmentación social significativa y un elevado índice de informalidad laboral. Uno de los aspectos destacados por Trinidad Jiménez, es la vulnerabilidad que enfrenta la región a causa del cambio climático.
Teniendo en cuenta lo expuesto, cabe preguntarse si es pertinente plantear una cooperación reforzada en estos momentos, tal como sugiere Trinidad Jiménez. Resulta destacable que América Latina esté conformada por un total de 33 países, de los cuales 27 han suscrito acuerdos de asociación comercial o política con la UE, mientras que México y Brasil ostentan la categoría de asociación estratégica. Además, tres de estos países son miembros del G20, (Brasil, Argentina y México) mientras que otros cuatro son miembros de la OCDE, concretamente Costa Rica, Chile, México y Colombia. Estos datos demuestran la intensa relación preestablecida que tenemos en la UE con esta región.
América Latina se posiciona como un socio comercial relevante y, a pesar de las inversiones realizadas por China en el continente, la UE continúa siendo el principal inversor directo en la región. Si bien es cierto que la UE ha debido enfocar sus esfuerzos en atender cuestiones de urgencia en su vecindario, esto no implica que carezca de un interés genuino en América Latina.
El año 2023 se presenta como una oportunidad propicia para reimpulsar la cooperación birregional, y se evidencian algunos elementos positivos al respecto, como la reciente celebración de la Cumbre Iberoamericana en la República Dominicana en el mes de marzo. Asimismo, es importante mencionar la visita de la Comisaria Vestager a Colombia con la intención de mejorar la infraestructura digital, y en tercer lugar, la realización de la Cumbre de Jefes de Estado de la CELAC y la UE, que constituye un hito significativo, habida cuenta de que no se llevaba a cabo desde el año 2015.
Trinidad Jiménez recuerda las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su discurso sobre el Estado de la UE pronunciado en septiembre de 2022, donde destacó la importancia estratégica de América Latina para la UE. Asimismo, Jiménez enfatiza que resulta natural que, con la Presidencia española del Consejo de la UE, se reanude la agenda sobre América Latina y hace referencia a los acuerdos comerciales que están en desarrollo entre ambas regiones. Además, destaca el desafío que implica la puesta en marcha este mismo año del acuerdo entre la UE y el Mercosur (aún en periodo de negociación), el cual reviste una gran relevancia para ambas regiones, dado que el Mercosur cuenta con aproximadamente 260 millones de consumidores y constituye la quinta economía más importante fuera de la UE. No obstante, se requiere una decidida voluntad política por ambas partes para consolidar los acuerdos.
Resulta fundamental estimular el interés de los Estados miembros de la UE por América Latina. España, en particular, ha mantenido un interés constante en la región y es el principal inversor de la UE en América Latina. Si el objetivo es construir un mundo multipolar, es imperativo que la UE considere a América Latina un socio con el que fortalecer los lazos de intereses mutuos. Jiménez enfatiza que este es el año idóneo para hacerlo.
En las conclusiones, Jiménez destaca la relevancia del triángulo estratégico UE-LATAM-EE.UU., como un medio para fortalecer los vínculos y lograr una posición de poder en el mundo. Además, hace hincapié en la necesidad de mantener un diálogo político permanente entre los bloques y de acompañar a América Latina en su triple transición: social, económica y digital-energética. Asimismo, Jiménez considera que no existe una competencia entre las relaciones con África y las relaciones con América Latina, y que hay suficiente espacio para mantener relaciones con ambos.
En materia de seguridad jurídica en América Latina, Trinidad Jiménez menciona que los cambios en los marcos legales son una constante no solo en los países de la región, sino en muchos otros países del mundo. Estos cambios, según señala, pueden darse por diversas razones, que van desde la crisis fiscal hasta una pandemia, y no están necesariamente ligados a las ideologías políticas de los gobiernos.
Danela Bordones