La Estrategia de Seguridad Nacional fue aprobada el año pasado y sustituye a la de 2017. Todas las estrategias son creadas para que tengan una duración de 10 años, pero siendo revisadas cada 5 años o cuando las circunstancias lo requieran. A pesar de los plazos acordados, es muy complicado que una Estrategia siga siendo vigente durante 10 años, pues el mundo en el que vivimos está siempre en continuo cambio.
Las razones fundamentales por las que la Estrategia de Seguridad Nacional del 2017 tuvo que ser revisada fueron cinco, de acuerdo con Miguel Ángel Ballesteros:
- La necesidad de crear un sistema de gestión de crisis.
- Un nuevo panorama internacional.
- Las campañas de desinformación.
- La crisis climática.
- Las tecnologías disruptivas.
Tras incorporar las carencias identificadas de la anterior Estrategia, la nueva cuenta con algunas novedades. Para empezar, se incluye a las Comunidades Autónomas a través de la Conferencia Sectorial de Seguridad Nacional. Otra novedad es que a la Comisión Mixta no se la involucró directamente en la realización. Y, por ultimo, se creó un grupo de expertos, encargados de leer, analizar y aportar comentarios sobre los borradores.
En cuanto a los principios de la nueva Estrategia, Ballesteros hizo una retrospectica comparando la publicada en 2011 hasta la actual; en la que nos mostró como cada año se iban agrupando los principios hasta llegar hasta los que tenemos en la de 2021. Dicho así, nos encontramos con los tres principios rectores: más anticipación, más integración y más resiliencia. Este ¨más¨ es importante porque hace referencia a que se necesitan más esfuerzos para resolver los distintos temas a los que nos enfrentamos.
Para concluir, se recalcó la importancia de adaptar la estrategia a las necesidades creadas por los acontecimientos que nos rodean siguiendo las líneas de acción y sin esperar a la revisión de la estrategia, pues, como hemos visto, debemos tener una gran capacidad de respuesta a problemas futuros.
Marta Herranz