El secretario de Estado da comienzo su ponencia estableciendo el esquema de la Conferencia del Futuro de Europa (COFOE). El movimiento de los chalecos amarillos en Francia motivó el establecimiento de un diálogo nacional para atender a una serie de cuestiones que inquietaban a los manifestantes; cuestiones cuyas soluciones eran tratables a nivel europeo, más que a nivel nacional. Esta iniciativa incluye medios de participación ciudadana, como una plataforma digital sui generis y paneles de ciudadanos presentes en los plenos.
Entre las propuestas destaca la de la creación de un Comité de las Ciudades, a modo de órgano consultivo y de interacción entre ellas. Esta iniciativa queda justificada a través de la importancia de las ciudades en temas de movilidad sostenible, transición digital y ciudades inteligentes, eficiencia energética, y la inclusión de sus ciudadanos.
El futuro de la Unión Europea requiere una transición verde digital inclusiva, lo cual necesariamente incluye un componente participativo de los ciudadanos, no puede ser meramente impuesto desde arriba. “El proyecto europeo, o es democrático o no será”, señala González-Barba. Es conveniente establecer contactos más estrechos desde el seno de la Unión Europea con su ciudadanía, más allá de la cita periódica a las urnas.
La implicación del ciudadano puede alentarse profundizando en sus derechos y deberes. Esto podría implementarse a través de una mayor implicación de los alcaldes, siendo el nivel de gobernanza directamente más próximo a los ciudadanos. Adicionalmente, se ha sugerido que más allá del sufragio activo y pasivo en elecciones municipales, sería posible concebir el sufragio también en un ámbito regional dentro de la Unión, para aquellas preocupaciones que sobrepasen el nivel nacional. Por último, la mayor implicación de los ciudadanos europeos necesariamente requiere el fomento de un mayor conocimiento sobre el funcionamiento de la Unión Europea y sus políticas.
María de Alfonso