Rusia en el mundo de hoy

El 23 de junio de 2021 INCIPE, celebró la cuarta sesión del Ciclo Grandes Potencias dedicado a Rusia, organizado en colaboración con la Fundación Consejo España-Rusia. El encuentro, titulado Rusia en el mundo de hoy estuvo protagonizado por Igor Ivanov, presidente del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia (RIAC) y ministro de Asuntos Exteriores de Rusia entre 1998 y 2004. El evento fue presentado por Juan LLadó, presidente de Técnicas Reunidas y presidente de INCIPE y, tras la ponencia se celebró una ronda de preguntas moderadas por Vicente Garrido, director general de INCIPE.

Igor Ivanov comienza su intervención estableciendo tres etapas que van a marcar la Política Exterior rusa desde el desmembramiento de la URSS. Cuando, al comienzo de la década de los años 90, la URSS colapsa, la Federación Rusa tiene la tarea de construir su Política Exterior en un contexto en el que tal y como recuerda el ministro Ivanov, “el peligro ya no era el desmembramiento de la URSS sino la desintegración de la Federación Rusa”.

Estos problemas derivaban, en su vertiente interna, del colapso simultaneo de las estructuras políticas, económicas y sociales de la Unión soviética y, en su proyección exterior, de la necesidad de transformar todas las relaciones diplomáticas del país, que hasta ese momento respondían más a los intereses y necesidades del partido comunista que a los del Estado. Ivanov añade en este punto su perspectiva, como embajador Ruso en España entre 1991 y 1995, y recuerda la gran incertidumbre a la hora de marcar una estrategia a medio plazo para la Política Exterior rusa “no sabíamos que Rusia iba a salir de esta crisis. En los 90 la política rusa comenzaba  a buscar su sitio en el mundo, por lo que, en ocasiones, no era una política muy clara”.

A partir de finales de los 90, el rumbo de la Política Exterior comenzaba  a estar marcado por unos objetivos más claros, en torno a la necesidad de crear un entorno favorable para la reconstrucción del país, ajeno a los objetivos e intereses de la URSS y de posicionar a Rusia en el contexto internacional.

Esta etapa estuvo marcado por un dialogo fluido con los principales actores en el contexto internacional. Se celebraban cumbres anuales entre Rusia y Estados Unidos, se fijó la estrategia de desarrollo de las relaciones entre Rusia y la UE en torno a cuatro estaciones comunes: comercio, seguridad, educación y tecnología, que sentó las bases jurídicas para la creación de un tejido de cooperación estratégica ventajoso para ambos, y se intentó un acercamiento entre Rusia y la OTAN. En este sentido, Igor Ivanov considera que Rusia mostró predisposición para acercar posturas, pese al estar en contra de la ampliación de la OTAN, pero que no se observó reciprocidad en este sentido por parte de los socios occidentales como Estados Unidos.

Esto nos lleva a la etapa en la que nos encontramos actualmente, marcada por un distanciamiento y una gran dificultad de entendimiento entre Rusia y Occidente. Sin embargo, la valoración que ofrece Igor Ivanov del encuentro entre los Presidentes Putin y Biden en Ginebra es muy positiva. Considera que la aprobación de una declaración conjunta entre ambos países, por muy breve que sea, denota una gran predisposición y madurez política, al dejar a un lado sus diferencias y dar el primer paso hacia el establecimiento de unas relaciones bilaterales predecibles y basadas en el dialogo.

Para finalizar su intervención, y en cuanto a las relaciones entre Rusia y Europa, Ivanov recuerda que “este es un momento crucial para nuestras relaciones y tenemos que trabajar para volver a encontrar esos objetivos comunes, porque tenemos mucho en común y es en esto en lo que tenemos que centrarnos”. Para ello, considera prioritario, de cara a formalizar unas relaciones estables en torno a objetivos comunes claros con la UE, la creación de una Estrategia como la que ya existía, antes de que, en palabras del Ministro “por diferentes razones, ambos comenzasen a perder objetivos comunes a largo plazo”, y que habría evitado o resuelto crisis como la de Ucrania.

Sofía Alfayate