El Global Terrorism Index cumple su séptima edición. Analizando más de 170.00 incidentes terroristas desde el periodo que va desde 1970 hasta el final del 2018 junto con otros datos socioeconómicos y estadísticos a largo plazo, el GTI sirve para clasificar 163 estados independientes y territorios según su nivel de muertes por motivos terroristas. Guiado y controlado por un grupo de expertos internacionales, este índice del IEP también se usa como un indicador del Global Peace Index. La metodología se inscribe en torno a la definición de terrorismo: “el uso de la fuerza ilegal y violencia por parte de un agente no estatal con el objetivo de alcanzar un objetivo político, económico, religioso o social a través del miedo, la coerción o la intimidación”. Teniendo esto en cuenta, ya es el cuarto año consecutivo que el GTI registra un descenso en el número de muertes por terrorismo: desde el 2014 esta caída alcanza el 52% -de 33.555 a 15.952-.
El top 10 de países más afectados es el siguiente: Afganistán, Irak (que abandona el primer puesto por primera vez desde 2003), Nigeria, Siria, Pakistán, Somalia, India, Yemen, Filipinas y la República Democrática del Congo. Del total de muertes examinadas, los talibanes son responsables del 38%, convirtiéndose así en el grupo terrorista más mortal; seguidos del Estado Islámico de Irak y el Levante, el Estado Islámico del Gran Jorasán y Boko Haram. En este aspecto, también destaca el aumento de incidentes terroristas por parte de grupos de extrema derecha: un 320% en los últimos 5 años, afectando especialmente a América del Norte, Oceanía y Europa Occidental. En términos generales, el terrorismo sigue suponiendo una amenaza importante a la seguridad global, ya que 71 países han registrado más de una muerte por este motivo en el último año. A pesar de esto, el impacto económico global del mismo ha decrecido en un 38% desde el año anterior (33 billones de dólares estadounidenses). Además, las muertes en Europa se han reducido en un 70%: en Europa Occidental con el número más bajo desde 2012.
Finalmente, las tendencias generales del GTI nos indican un descenso de muertes por terrorismo en Europa y América del Norte desde 2014, año en el que el Dáesh irrumpió con fuerza en la región. Por otro lado, que entre 2002 y 2018, el sur de Asia, Medio Oriente y tanto el norte de África como la África subsahariana conformaban el 93% del total de muertes por terrorismo. Hoy, el Global Terrorism Index sitúa todos los focos alrededor de Afganistán. Su alarmante aumento del 59% en muertes respecto al año anterior, profundamente ligado a la intensidad de su guerra civil, lo sitúa en el punto de mira de la seguridad global.