La Conferencia Inaugural corrió a cargo de Dña. Elena Gómez Castro, Directora General de Política de Defensa del Ministerio de Defensa (DIGENPOL) que, en su intervención, ilustró a cerca aportaciones de España a la OTAN y su papel como miembro de la alianza en un mundo global en el que el futuro más inmediato y no tan inmediato está marcado por la incertidumbre. Ante tales características, sólo se les puede hacer frente conjuntamente mediante los valores y el orden que establece el multilateralismo. Por ello, la OTAN se afianza como el mayor garante de esos valores a través de la seguridad y defensa colectivas. A raíz de la guerra de los Balcanes la OTAN comenzó a consolidarse como un actor esencial, más allá del marco de la ONU, y como parte esencial en el proceso de reconfiguracióndel orden internacional establecido que obliga a tomar un enfoque global. Por otro lado, la amenaza terrorista inauguraba el siglo XXI como el principal reto de seguridad y haciendo que la Alianza implementase acciones de defensa colectiva a través de operaciones como Active Endeavour en el Mediterráneo y posteriormente ISAF en Afganistán. Con la Cumbre de Lisboa en 2010, se establece un nuevo concepto estratégico, con una visión más flexible, ligera y, además, con una reestructuración de la estructura de mandos. Posteriorimente, 2014 fue un año clave en el que dos acontecimientos cambiaban totalmente la hoja de ruta de la Cumbre que se celebraría en Gales: la anexión ilegal de Crimea y la declaración del califato por parte de Daesh.
Con respecto a España como miembro de la Alianza hay que destacar el compromiso de nuestro país, siendo uno de los grandes contribuyentes, de manera permanente, en los tres ámbitos: aéreo, marítimo y terrestre. Por otra parte, cabe subrayar la trascendencia de la Unión Europa como un actor vital para la cooperación con la Alianza Atlántica, desarrollando un enfoque más completo como respuesta a los retos regionales y globales, sin olvidar los ejes centrales de la OTAN: la defensa colectiva, a seguridad cooperativa y la gestión de crisis.
Primera Mesa Redonda: Papel de España en la Alianza Atlántica
El primer panel, bajo el nombre Papel de España en la Alianza Atlántica, estuvo moderado por D. Luis Solana, Vicepresidente de INCIPE y Presidente de Telefónica Open Future. La mesa redonda contó con la participación de D. Nicolás Pascual de la Parte, Diplomático y Ex Representante Permanente-Embajador de España ante la OTAN, GD D. Lucas Manuel Muñoz Bronchales, Jefe de la División de Estrategia del Estado Mayor Conjunto, Ministerio de Defensa y por último, D. Emilio Andreu, Periodista de Radio Nacional de España y Presidente de la Asociación de Periodistas de Defensa.
D. Nicolás Pascual de la Parte indentifica un escenario de multicrisis en el sistema internacional fruto de los cambios imprevisibles, estructurales y constantes que, incluso, implicarían un cambio de era. Nuestro sistema, basado en normas, en el multilateralismo tradicional y en la multipolaridad ha cambiado y, con ello, nos encontramos transitando hacia un nuevo mundo que se caracteriza, según del ponente, por la política de la fuerza y no por la fuerza de la política. Ante esta situación, los Estados tienen que replantearse hacia dónde van y ser conscientes de las nuevas demandas del devenir del nuevo mundo, en el que España tiene que recuperar la lógica del poder y tomar una posición responsable de promoción de los valores nacionales y defender sus intereses; ligados también a esos valores. Dentro de este razonamiento, la seguridad y defensa son cruciales, de ahí a que sea conveniente que España incremente su gasto en defensa y, a su vez, priorice sus relaciones con la Unión Europea y la OTAN. Asimismo, es imperativo adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas de estos tiempos y dotarse de las nuevas capacidades estratégicas, espaciales y ofensivas, en las que entran en juego la inteligencia artificial, la robótica y la ciberseguridad, entre otros.
Por su parte, el GD D. Lucas Manuel Muñoz Bronchales señaló que la Alianza Atlántica, cimentada en el Tratado de Washington y basada en los principios de solidaridad y cohesión, ha sido capaz de hacer frente a los retos y desafíos más recientes que afectan a la seguridad colectiva. Asimismo, La OTAN ha sido un actor internacional clave a la hora de mantener y consolidar la paz. Sirve como ejemplo que durante los 40 años que duró la Guerra Fría, dónde la disuasión fue un factor determinante a fin evitar escaladas devastadoras con el otro polo. Tras la caida del Muro de Berlín y posteriormente el desmoronamiento de la Unión Soviética, la Alianza se enfrentó a un proceso de reformulación con el fin de desarrollar una nueva estratégica que responda a las crisis potenciales. A ello hay que sumarle la entrada como miembros de la Alianza de países de Europa del este, anteriormente vinculado al Pacto de Varsovia. A raíz de los atentados terroristas de septiembre de 2001 se produce un giro inesperado en la arquitectura internacional. Por otra parte, cabe destacar las cuatro cumbres más relevantes de la Alianza: la Cumbre de Lisboa en la que se produce un acercamiento con Rusia; la Cumbre de Gales, marcada por el suceso de Crimea, dónde se habla de la puesta en marcha del action plan, con nuevos componentes de disuasión y defensa; la Cumbre de Varsovia, dónde se pretende reforzar la seguridad tanto de los estados miembros como de los vecinos y finalmente, la Cumbre de Bruselas, en la que se vuelve a avanzar en materia de la disponibilidad de fuerzas. Así pues, tras la apatericien de nuevas amenazas de carácter transnacional e híbrido se hace imprescindible tanto cooperación como el diálogo.
Nereida Pérez