The OPCW, 20 years of achievements and the challenges ahead

El 23 de marzo de 2018, INCIPE celebró un Desayuno de Trabajo bajo el título The OPCW, 20 years of achievements and the challenges ahead. El evento contó la ponencia de Ahmet Uzümzcü, Director General de la OPAQ, así como Fernando Arias, Embajador Representante Permanente de España ante la OPAQ y futuro Director General de la misma.

El primer intento por el control y prohibición de las armas químicas se llevó a cabo en el año 1899, en la Conferencia de La Haya. Este primer debate no resultó fructífero, pues no consiguió prevenir su utilización durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, consiguió iniciar el debate que posteriormente se retomaría; fueron varios intentos los que abogaron por llegar a un acuerdo sobre su uso, si bien cabe recalcar que el foco estaba puesto en la prohibición de su utilización más que en su producción. No fue hasta el año 1997, tras 15 años de negociaciones, cuando entró en vigor la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ) y con ello, la Organización para la Prohibición de las Armas (OPAQ).

En la actualidad, la OPAQ se enfrenta a diversos retos, si bien desde su creación –hace ya más de 20 años- se han alcanzado grandes objetivos. Durante este periodo, más del 96% del arsenal químico declarado, equivalente a 72.000 toneladas métricas, ha sido destruido. Así, Rusia –el país que más cantidad de armas químicas poseía- anunció la destrucción total de su arsenal declarado en septiembre de 2017, y Estados Unidos –en el tercer puesto- finalizará esta tarea previsiblemente en 2023, habiendo ya destruido el 90% del mismo.

La OPAQ cuenta en la actualidad con 192 Estados Miembros, siendo Israel, Corea del Norte, Sudán del Sur y Egipto los únicos no ratificadores de la convención. En este contexto, el reto para la OPAQ, tal y como aseguraba Fernando Arias, es la completa universalización de la organización. Ello es requerido en un doble sentido: por un lado, conseguir la adhesión de estos cuatro países restantes, y por otro, conseguir la implementación de la convención en su absoluta totalidad. También en esta dirección, desde la OPAQ se defiende la no proliferación de armas químicas. Este concepto, frecuentemente confundido con la no proliferación de armas nucleares, difiere claramente: mientras que para la CAQ el objetivo último es la eliminación total del arsenal químico, en el contexto de las armas nucleares, se ha aceptado que algunos países las posean, de forma que no se trabaja en pos de una eliminación absoluta.

De esta forma, la agenda de la OPAQ es “abierta, sin fin” y debe focalizarse especialmente en tareas de prevención. Ello es en la actualidad progresivamente más complejo de llevar a cabo, debido a las diversas manifestaciones de estas amenazas (defensa militar, terrorismo, etc). Las capacidades y adaptabilidad de la OPAQ se pusieron a prueba con el polémico caso de Siria, país que ha sufrido numerosos ataques químicos tanto por parte del Gobierno como por parte de organizaciones terroristas. La organización, de forma sin precedentes, envió una Comisión de Investigación en 2014 a territorio en conflicto para esclarecer los hechos, que hoy en día sigue en operación. Además, en una misión conjunta con las Naciones Unidas, se ha establecido un mecanismo para atribuir la responsabilidad de tales hechos.

Además, la OPAQ está desarrollando nuevas capacidades; es el caso, por ejemplo, de las operaciones RRAM (Rapid Response and Assistance Mission) para efectuar operaciones efectivas y rápidas en respuesta a emergencias. Por último, se hizo especial énfasis en la necesidad de promover el conocimiento de este organismo, generalmente poco conocido entre el público y la academia.

Silvia Prada