El jueves 27 de junio de 2013, INCIPE organizó un Desayuno de Trabajo para debatir sobre las relaciones entre India, China y Estados Unidos. La discusión estuvo dirigida por Uday Bhaskar, comandante retirado de la Armada India, quien ahora es reconocido como Miembro Distinguido en la Sociedad para Estudios de Política. Su intervención se centró en cuestiones como: “Con esta relación en evolución entre Estados Unidos e India, ¿cuáles son las implicaciones para China?”. Bhaskar destacó la complejidad y los detalles que conforman la relación entre Estados Unidos e India, utilizando ejemplos de seguridad nacional, economía y energía nuclear.

Bhaskar comenzó presentando lo que llamó el “triángulo crítico”. El “triángulo crítico” es un sistema político global emergente que se centra en tres puntos: Estados Unidos, China e India, que se han convertido en las tres grandes potencias del mundo. En términos económicos, India sigue en un distante pero fuerte y constante tercer lugar. Estados Unidos sigue en primer lugar con la economía más fuerte, mientras que China ocupa el segundo lugar y sigue en ascenso. En términos de seguridad, tecnología, poder social y político, y poder militar, Estados Unidos sigue siendo el líder, con China en segundo lugar e India en tercero. Aunque la Unión Europea podría ser un contendiente por ser la más poderosa, el “triángulo crítico” se centra en estados individuales.

Las relaciones bilaterales asimétricas entre estos tres estados fueron otro enfoque de este “triángulo crítico”. Sus relaciones bilaterales afectan el triángulo, que a su vez influye en la comunidad global. Los tres estados, China, Estados Unidos e India, se influencian mutuamente. Para que Estados Unidos e India lleguen a un acuerdo sobre energía nuclear, China tendría mucho en juego. Cuando Estados Unidos y China decidieron asumir juntas la responsabilidad de Asia en la década de 1990, India también tenía mucho en juego. Las tres potencias son tan interdependientes y competitivas al mismo tiempo que las relaciones bilaterales son extremadamente importantes. Las relaciones entre India y Estados Unidos son muy abiertas, ya que ambos son estados democráticos. China, en cambio, es más difícil de abordar en un diálogo abierto, especialmente porque revela tan poca información interna al resto del mundo—nadie sabe lo que sucede tras las puertas cerradas.

Bhaskar también mencionó el concepto de un “tren macroeconómico” que está en constante movimiento. El mercado no puede ser detenido ni controlado por ningún estado en particular. Relacionó esto con el papel de la globalización y la seguridad estatal. Un punto interesante que destacó es que la globalización no es algo nuevo. Incluso antes de los romanos, los imperios de todo el mundo ya comerciaban entre sí. Sin embargo, la globalización ha cambiado debido a modernizaciones como la tecnología y las nuevas ideologías. Las transacciones y los mercados ya no son lo único a considerar dentro de las relaciones bilaterales y multilaterales. La globalización actual ha provocado inquietudes en cuanto a la seguridad que todos los estados sienten. A pesar de que Estados Unidos es una clara potencia global dominante, aún existe desconfianza respecto a la “situación global actual”. El mundo posterior al 11 de septiembre, en particular, genera grandes temores estratégicos y de seguridad.

El último tema principal del encuentro fue el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que se conectó con los temas de seguridad nacional. Estados Unidos es un estado miembro del TNP, pero India no lo es. El gobierno indio cree que cada estado debe poder decidir por sí mismo el alcance de su propio sistema de seguridad nacional. El apoyo de China al programa nuclear de Pakistán es motivo de gran preocupación para Estados Unidos, aunque no lo expresan abiertamente. India está menos preocupada, o al menos nunca cuestionaría la relación entre China y Pakistán en este campo.

Como cuarto actor importante en el mundo, la Unión Europea debe decidir dónde quiere posicionarse en el contexto de este emergente “triángulo crítico”. Asia ya no es solo un lugar a evaluar en términos de economía y transacciones de mercado. China es una potencia evidente, pero India, como la democracia más grande de Asia, también es una potencia blanda con mucha influencia en la región. Con China e India desempeñando roles tan importantes a escala global, no solo en Asia, la Unión Europea debe considerar tanto la estrategia como la seguridad en el contexto de Asia. Una gran pregunta que surge es: “¿Deben las relaciones bilaterales y multilaterales basarse únicamente en el plano de las transacciones o también en los valores?”. Y luego la discusión debe profundizarse en la naturaleza de esos valores, y cuándo deben entrar en juego.

Samantha Cutts