Bajo el título "The Syrian conflict: the likely roadmap towards a required solution", INCIPE organizó el 6 de junio de 2013 un desayuno de trabajo con la participación del conferenciante invitado Joseph Bahout, consultor y miembro del Centro de Análisis, Previsión y Estrategia (CAPS) del Ministerio de Asuntos Exteriores francés.

En su intervención, Bahout abogó por una intervención más decidida de Occidente en el conflicto sirio, subrayando que no se trata de un fenómeno reciente, sino de un escenario en el que las potencias regionales e internacionales están moviendo sus piezas. Para Rusia, Siria no solo representa la importancia estratégica del puerto de Tartus en el Mediterráneo, sino también una oportunidad para ganar presencia en la escena internacional. Desde la perspectiva rusa, el conflicto sirio es percibido como una guerra civil entre dos facciones dentro de la sociedad siria. En este contexto, la solución política a alcanzar en la conferencia Ginebra II debe contemplar la inclusión de todos los actores involucrados, tanto regionales como internacionales.

En cuanto a Estados Unidos y Occidente en general, Bahout destacó que la revolución iniciada en Siria en 2011, aunque ha evolucionado en estos dos años, sigue encaminada hacia una transformación política de gran envergadura.

El consultor también destacó el papel de actores clave en la región, como Irán, cuyo futuro está intrínsecamente ligado al de Siria, y las potencias árabes como Arabia Saudí y Catar, tradicionalmente opuestas a la influencia persa. Con su poder financiero, estos actores podrían ser determinantes a la hora de inclinar la balanza a favor de los rebeldes.

A medida que la guerra continúa azotando el país, con más de 100.000 muertos y 5 millones de desplazados, la próxima conferencia de Ginebra genera escepticismo. La falta de consenso sobre el papel de Bashar al-Assad y el futuro de la comunidad alauí en un gobierno de transición sigue siendo uno de los puntos más polémicos entre las partes implicadas. Según Bahout, existe el riesgo de que las conversaciones se «enquisten», al igual que ha ocurrido en el proceso de paz entre Israel y Palestina.

En este contexto, los escenarios más probables para el futuro de Siria son poco alentadores. La fragmentación del país, impulsada por las dinámicas internas de la guerra, se presenta como una posibilidad real, aunque aún no inmediata. El riesgo de implosión regional parece más cercano que nunca, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad de todo Oriente Medio.

Tras la exposición de Bahout, el encuentro continuó con un debate muy enriquecedor, en el que participaron expertos de diversos ámbitos. Se discutieron temas como la posible mayor implicación de los países europeos en Siria, el papel de los islamistas y la inclusión de la milicia chií libanesa Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.

Aranzazu Álvarez