Abarcar el recorrido de la Alianza Atlántica en tan poco tiempo es casi imposible, aunque Javier Solana ha sabido explicarlo a la perfección, especialmente su relación con Ucrania. Empezando por el Tratado de Belavezha en el año 1991 y la reunión que tuvo lugar en Bielorrusia entre los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia; es ahí cuando se disuelve la Unión Soviética y se convierten en Estados soberanos.
Años más tarde se firmaría el memorándum de Budapest, a través del cual Ucrania accedió a la entrega de armas nucleares y el desarme del país. De este acuerdo, Javier Solana destaca lo que las otras potencias nucleares del momento ofrecieron a Ucrania, que se puede resumir en tres aspectos: el reconocimiento como país soberano, asegurar las fronteras y la defensa por parte de estas potencias en caso de ataque a Ucrania.
Javier Solana recalca los acontecimientos que tuvieron lugar en la sociedad internacional a partir de ese momento. Entre ellos la Cumbre de España de la OTAN en el año 1997 donde se crea un consejo entre la OTAN y Rusia, creyendo así que era el inicio de una posible relación entre la Alianza Atlántica y Rusia. Además de mencionar el cambio en el paradigma internacional con la entrada del siglo XXI y el 11S, su repaso alcanza hasta el año 2004 y las elecciones en Ucrania. Es durante este año cuando se presenta la primera dificultad entre Putin y Ucrania y que se alarga hasta el 2014, cuando tiene lugar el Euromaidán en Ucrania y comienza la guerra. Javier Solana plantea, entonces, lo siguiente: “¿Reaccionamos bien al tema de Crimea? ¿Se podría haber hecho más? En efecto, no se hizo lo suficiente…”.
A modo de evaluación de la actual crisis, Solana destaca que el papel de la Unión Europea ha sido impecable, tanto en sanciones como en acogida de refugiados. Estados Unidos no presenta un liderazgo tan fuerte como el de épocas anteriores y China debe hacer frente al problema económico y a la pandemia. En cuanto a Rusia, con la futura anexión de Finlandia y Suecia a la OTAN, ha sufrido un duro golpe ya que el país está cada vez más rodeado por países de la Alianza Atlántica.
Para concluir, Javier Solana recalca la importancia de alcanzar a un alto al fuego que facilite las negociaciones posteriores. El mundo es mucho más complejo que antaño y es imperante mantener la globalización, que está cada vez más en decadencia. “No debemos de creernos que seguimos siendo el faro que alumbra al mundo. Ahora mismo el mundo es más complejo donde no hay una potencia que domina. Hay que adaptarse a la situación en la que podemos vivir”.
Judit Anidjar