Finnish view on the Russian war of aggression against Ukraine

El 7 de abril INCIPE celebró un encuentro bajo el título Finnish view on the Russian war of aggression against Ukraine, donde se debatió sobre la percepción de Finlandia en relación a la invasión de Ucrania. Esta actividad contó con la participación de Mika Aaltola, director de Finnish Institute of International Affairs (FIIA). El encuentro digital fue presentado por el secretario general de INCIPE y embajador de España, Manuel Alabart; y moderado por Vicente Garrido, director de INCIPE.

Con la invasión de Ucrania, se ha intensificado el debate internacional en torno a Rusia, sus objetivos y el poder ruso en la esfera mundial. En primer lugar, tal y como asegura Mika Aaltola, Rusia no tiene un estatus de superpotencia global como es el caso de China o Estados Unidos; sino que es un poder que se podría considerar más bien regional. Es por esto que ya se habla de la teoría de transición de poderes y la aplicación de esta teoría por parte de Rusia. El país está utilizando la fuerza como instrumento para mostrar su poder en el escenario europeo e intentar cambiar el orden internacional a un mundo multipolar.

No es la primera vez que un país lleva a cabo este tipo de injerencia para imponer una transición de poder, ya que suele pasar una o dos veces cada siglo. Además, la reciente invasión de Ucrania es solo una muestra de que aún está lo peor por venir, ya que la intención de cambiar el orden internacional por parte de Rusia empezó en 2008. Dicha guerra, considerada como una mera operación reactiva, fue relativamente corta y exitosa desde la perspectiva rusa. No obstante, seis años después, llegó la invasión de Crimea, basada en principios proactivos ya que fue una reacción al cambio político que se estaba produciendo en Ucrania por aquel entonces.

Por estas razones, el comienzo de la guerra en Ucrania este 24 de febrero es muy significativo desde múltiples perspectivas. Antes de que se llevará a cabo la invasión, Rusia había propuesto una lista de demandas entre las cuales se incluían la necesidad del país de opinar y tener voz sobre los asuntos de seguridad y defensa de sus países vecinos, incluidos Suecia y Finlandia, así como también el retroceso geográfico de la OTAN en el flanco este; entre otros. Estas demandas tenían como objetivo revertir el orden securitario establecido en Helsinki en el año 1975 e institucionalizado al final de la Guerra Fría. Desde la perspectiva finesa, son todos estos aspectos los que impulsan a Finlandia a ese cambio de actitud respecto a la adhesión a la OTAN. Tal y como afirma el director de FIIA. “lo que pasa en Ucrania no se queda en Ucrania”.

Lidiar con un país autocrático como Rusia en un momento así no es fácil y el país finés lo sabe, señala Aaltola. El modelo forzado de Finlandización mantuvo a Finlandia como un país neutro; sin embargo, los acontecimientos de 2008 supusieron un punto de inflexión en las relaciones fino-rusas y se deterioraron aún más con la invasión de Crimea. Finlandia ha aprobado y aceptado las sanciones impuestas por la Unión Europea. Desde la experiencia, el país finés destaca la contención de Rusia como elemento clave cuando se está utilizando la guerra como un instrumento político.

Como conclusión, dos posibilidades acechan el futuro, no solo de Finlandia, sino también de Suecia, en el ámbito de defensa: convertirse en miembro de la OTAN o establecer una alianza de defensa Suecia-Finlandia con garantías securitarias, que representaría una solución a medio camino entre la entrada en la OTAN y la situación actual. El sentido de defensa colectiva, añade el señor Aaltola, siempre ha estado presente en el país; “la defensa nacional es la defensa colectiva en Europa dada nuestra posición geográfica; ¿por qué, entonces, no formar parte de una alianza de defensa colectiva?”.

Judit Anidjar