Michèle Flournoy inició su intervención destacando el cambio de perspectiva ocurrido en la actual política de defensa, ya que anteriormente la preocupación estaba centrada en el terrorismo y ahora se dirige hacia China. Principalmente, Flournoy nos habló de un sentimiento de urgencia con respecto a China y la necesidad de que Estados Unidos mejore para poder competir contra ella. Por consiguiente, riesgos y una mayor inversión en defensa son elementos clave para lograr dicho propósito, destacando el ámbito de las tecnologías, matemáticas y ciencias.
Por otro lado, la nueva política en defensa se basa en la mejora de las relaciones transatlánticas, así como en la creación de un ambiente de trabajo más inclusivo y diverso. Flournoy destacó la importancia de tener líderes que puedan representar adecuadamente a la población a la cual defienden. Es por este mismo motivo que Estados Unidos se está enfocando en mostrarse como un país confiable, en el cual sus aliados sientan que pueden confiar.
Asimismo, también se han incorporado áreas relacionadas con el cambio climático y la insuficiencia energética como aspectos a mejorar en lo que respecta a la defensa.
Al final de la sesión tuvo lugar un debate, en el que los participantes formularon algunas preguntas relacionadas con los efectos de la pandemia en la seguridad estadounidense, así como las implicaciones de la retirada en Afganistán. También surgieron dudas con respecto a Irán e Israel y sus aspiraciones nucleares en el ámbito militar.
María Archilla