La sesión se desarrolló en español y congregó a una audiencia interesada en conocer la confluencia de intereses nacionales de los países del Mar Negro con otros intereses domésticos y comunitarios dentro de la UE, en el contexto de la pandemia. Para ello, contamos con la participación de Radu Magdin, analista y consultor político. Durante la sesión, Radu Magdin manifestó la urgencia de alinear los distintos intereses nacionales con los comunitarios para alcanzar soluciones a la crisis que cubran los intereses de todos los estados del espacio europeo.
El ponente destacó la importancia de la eficiencia en tiempos de crisis, señalando un enfrentamiento entre la percepción, los planes y las prioridades durante emergencias como la del COVID-19. Subrayó que existe una desconexión entre Bruselas y las capitales de los estados miembros, alimentada por la desinformación, lo que dificulta la gestión coordinada de estas crisis. Ante esta realidad, el ponente propuso una integración de los intereses regionales en las agendas nacionales, conectando mensajes estratégicos con necesidades diarias para asegurar que las prioridades compartidas sean percibidas como relevantes tanto para los líderes políticos como para la ciudadanía.
En el caso del Mar Negro, se enfatizó su relevancia como un área de interés estratégico para la UE, con implicaciones en seguridad, energía y oportunidades económicas. El ponente propone un diálogo continuo entre países como España y Rumanía para alinear sus intereses nacionales con los regionales y europeos, evitando divisiones internas en la Unión. Señaló que para articular una agenda común, es crucial reconocer los intereses locales de los distintos países como igual de relevantes, permitiendo una integración más eficaz de las prioridades regionales en el contexto nacional y europeo.
Finalmente, el ponente abordó las tensiones estratégicas globales, como la competición entre Estados Unidos y China, que afectan las dinámicas dentro de la UE. Europa es el punto de convergencia entre estas potencias, por lo que enfrenta desafíos para mantener un equilibrio en su relación con ambas y avanzar hacia una autonomía estratégica. La respuesta a estas crisis, según el ponente, requiere una acción conjunta de todos los países de la UE. La alternativa sería la formación de coaliciones dentro de la Unión, que terminarían bloqueando mutuamente sus intereses particulares. Además, destacó el papel clave de empresas y comunidades intelectuales en la creación de una agenda compartida, como la relación entre España y Rumanía, que podría actuar como puente entre los intereses del oeste de Europa y los estados cercanos al Mar Negro.
La sesión concluyó con un debate donde los participantes pudieron plantear preguntas sobre los temas tratados. Este intercambio subrayó la relevancia de comprender la coordinación de acciones nacionales y comunitarias a nivel Europeo en situaciones de crisis.
Lucía Rodríguez