La UME y la operación Balmis

El pasado 8 de julio de 2020 INCIPE celebró un encuentro digital titulado La UME y la Operación Balmis, en el que el General (EA) José Manuel Cuesta, segundo Jefe de la Unidad Militar de Emergencias del Ministerio de Defensa explicó la implicación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la Covid-19 desde el inicio de la pandemia. El ponente fue presentado por Manuel Alabart, embajador y secretario general de INCIPE y después de la ponencia, se celebró una ronda de preguntas moderadas por Vicente Garrido, director de INCIPE.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) es una fuerza miliar conjunta que está organizada con carácter permanente y que tiene la misión de intervenir en cualquier punto de la geografía estatal en caso de catástrofe o de que la seguridad de los ciudadanos esté en riesgo. Su mando tiene línea directa con el Ministerio de Defensa, y una de sus principales características es que sus batallones están distribuidos por toda la geografía española, de tal forma que son capaces de desplegarse en cualquier punto del país en menos de cuatro horas.

La Operación Balmis nace el pasado 15 de marzo. Tras la declaración del estado de alarma del pasado 14 de marzo, se nombraron cuatro autoridades delegadas, siendo la principal el titular del Ministerio de Sanidad, y junto a este, los Ministerios de Interior, de Transportes y de Defensa, a los que se sumó una quinta autoridad, el Ministerio de Asuntos Sociales. En ese momento, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ordenó al jefe del Estado Mayor de la Defensa constituir una fuerza bajo su mando único capaz de integrar todos los apoyos que las FF.AA. pudiesen dar al sistema nacional de salud.

Destaca el GD Cuesta, en este sentido, la rápida actuación por parte de la UME, que estaba preparada para actuar, y desde el día 15 de marzo tenia a sus efectivos desplegados por toda España. Esta rapidez de actuación, que permitió a la UME soportar la mayor carga de las operaciones en los primeros momentos de la pandemia, cuando la situación era más crítica, se debió a la anticipación a la hora de prepararse ante un inminente descontrol de la pandemia, gracias al Plan Coraza que se puso en marcha al observar el avance de la pandemia en Italia y que tenía como objetivo implementar medidas de autoprotección, sin que ello afectase a la capacidad de mando y actuación de la UME.

En cuanto a las tareas desempeñadas por la UME dentro de la Operación Balmis, desde el día 15 de marzo se hicieron patrullas de reconocimiento de las necesidades de ayuda. Como resultado, más de un 50% de los efectivos se destinaron a labores de desinfección de infraestructuras esenciales de transporte, hospitales, residencias, etc. Pero también al traslado de enfermos entre hospitales e incluso de fallecidos a las morgues provisionales. Paralelamente a la realización de estas tareas, iban elaborando procedimientos orientados a la formación y la creación de protocolos de actuación frente a la Covid-19.

El GD Cuesta hace una mención especial, para terminar su ponencia, a la capacidad de resiliencia e innovación de la UME a la hora de luchar contra la pandemia, que se puso de manifiesto en la adaptación de los medios disponibles a las tareas requeridas, convirtiendo, por ejemplo, los equipos de lucha contra incendios el herramientas para  desinfectar superficies , así como el despliegue de un amplio dispositivo de ayuda psicológica al personal de la UME para ayudarles a lidiar psicológicamente con la incertidumbre que provocaba la lucha contra la pandemia.

Sofía Alfayate