Europa frente a la crisis de la Covid-19

INCIPE celebró el 30 de noviembre de 2020 un encuentro digital en torno a la gestión y las consecuencias de la COVID-19 en la Unión Europea. EL evento, titulado Europa frente a la crisis de la COVID-19, estuvo protagonizado por María Victoria González Román, directora general de Europa Occidental, Central y Sudeste de Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. La ponente fue presentada por Manuel Alabart, secretario general de INCIPE y embajador de España y, tras la conferencia, se celebró un  debate moderado por el director general de INCIPE, Vicente Garrido.

Ni la pandemia provocada por la COVID-19, ni sus consecuencias, son problemas que afecten exclusivamente a Europa, sino que, como la mayoría de amenazas a la estabilidad de la Unión Europea, tienen un carácter global. No obstante, tal y como plantea María Victoria González Román al inicio de su intervención, con diecisiete millones de casos detectados y 400.000 muertes, “está teniendo una incidencia mayor, en algunos aspectos, que en otras partes del mundo”.

El impacto económico también es enorme – según la Canciller alemana Ángela Merkel el mayor desde la II Guerra Mundial- con caídas del PIB que van desde el 10,5% de Italia al 5% de países como Alemania o Polonia con respecto al año pasado. En este contexto en el que la COVID- 19 ejerce como acelerador geopolítico, la Unión Europea ha tenido que responder con el objetivo de establecer líneas de actuación común.

La directora general califica las primeras actuaciones europeas y de los Estados miembros como “con luces y sombras”. Al inicio de la pandemia imperaba un sentimiento de “mi país primero” que llevó a los Estados Miembros a solucionar sus propios problemas en cuanto a la movilidad de sus ciudadanos, la seguridad de sus equipos sanitarios así como al cierre de las fronteras. Paralelamente, toda la Unión Europea se organizó para repatriar a los ciudadanos europeos que habían quedado ‘atrapados’ en otros países.

En este momento de reinstauración de fronteras, además de la dificultad para la movilización de los recursos comunes y por consiguiente, un cierto escepticismo en torno a la capacidad de la Unión Europea de actuar como y cuando es necesario, se estaban celebrando las negociaciones sobre el marco presupuestario para los próximos siete años. Unas negociaciones que González Román ha descrito como “muy duras y con un papel de liderazgo de España e Italia, dos de los países europeos más afectados por la pandemia”, pero que tuvieron como resultado la creación de un fondo de recuperación dotado de 750.000 millones de euros y el compromiso de la UE de contraer prestamos en los mercados de capitales en favor de la Unión.

Destaca asimismo la directora general, el instrumento Next Generation UE basado en subvenciones  y la concesión de préstamos a largo plazo con prioridad de distribución a aquellos países con más dificultades, y que considera, además de un enorme ejercicio de solidaridad dentro de la Unión, un gran activo de su policía exterior y un cambio del posicionamiento de la UE en el mundo.

Ahora llega el momento de que la Unión Europea retome la Conferencia sobre el Futuro de Europa, prevista inicialmente para la primavera de 2020 y a la que la pandemia va a proporcionar un nuevo contexto y una nueva forma de enfrentarse a desafíos que ya existan antes como la crisis del multilateralismo, la desigualdad, la revolución tecnológica entre otros problemas globales, y  que hoy más que nunca requieren de un compromiso global de la Unión y los Estados miembros para enfrentarse a ellos.

Sofía Alfayate