La primera mesa, bajo el título La estrategia Global del a UE: ¿cómo fortalecer la diplomacia económica y el papel de la UE en la seguridad en Asia?, contó con la ponencia de David Navarro, Director de Casa Asia, Íñigo Febrel, Subdirector General de Diplomacia Económica (Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación), Alfonso Jiménez, Jefe de Área de Japón en la Subdirección General Política Comercial con Europa, Asia y Oceanía, y Ana Gascón, Profesora de Derecho Internacional Público y miembro de Grupo de Investigación sobre Japón, Universidad de Zaragoza. Todos ellos moderados por José Pedro Sebastián de Erice, Secretario General de INCIPE.
En esta primera sesión, se abordó la dimensión comercial de la Estrategia Europea. En rasgos generales, la Comisión Europea ha hecho varias referencias a su misión en Asia Pacífico en tres comunicaciones. La primera nos remonta a la Estrategia Una Europa global en 2006, basada en el establecimiento de acuerdos bilaterales de libre comercio con Asia. Singapur, y posteriormente Vietnam, fueron los primeros acuerdos en concluirse. En el caso de Japón, ya en 2015 se estaban entablando negociaciones en el marco de la estrategia Comercio para todos, donde por primera vez se establece la región Asia-Pacífico como crucial para los intereses económicos de la UE. También en el año 2015, se emitió la Estrategia UE-ASEAN: socios para una asociación estratégica, en la que se sigue trabajando.
El Acuerdo de Partenariado Económico (EU-Japan Partnership Agreement) supondrá, nada más y nada menos, que un tercio del PIB global
En el caso específico de Japón, resulta llamativo la cantidad de sinergias compartidas con la UE. Entre ellas, ambos países apuestan por trabajar conjuntamente con sus responsabilidades para mantener el orden internacional desde la perspectiva, ente otras, comercial. Asimismo, abogan por la prosperidad económica en la región de Asia Pacífico, así como comparten visiones en la defensa del multilateralismo, en su papel ante la OMC y en pos del respeto del derecho internacional.
En este mismo panel, se trató igualmente la diplomacia económica española y europea en Japón. Si bien es cierto que las áreas tradicionalmente de interés para España han sido la Unión Europea, América y el Mediterráneo, progresivamente el foco se está abriendo también a Asia. No obstante, hoy en día España tiene un notable déficit comercial con Asia, lo cual indica la poca inversión presente en esta región. En el caso de la diplomacia económica europea (DEE), iniciada en octubre de 2016, contempla entre sus prioridades para Japón, la implementación y promoción del Acuerdo de Partenariado Económico (EU-Japan Partnership Agreement), que provee medidas sanitarias y no arancelarias, y ha servido para que el país asiático desarrolle un sistema de indicaciones geográficas propias. Además, se aboga por promover la UE como un socio confiable y destino ideal para las inversiones. Este acuerdo supondrá, nada más y nada menos, que un tercio del PIB global.
Eventualmente, Ana Gascón, dejando a un lado la dimensión económica de las relaciones UE-Japón, trajo a colación el Acuerdo de Partenariado Estratégico (Strategic Partnership Agreement), que paralelamente al ámbito económico pretende hacer de la UE y Japón verdaderos socios estratégicos. En este sentido, la Estrategia Global de la Unión Europea, que provee unas líneas de actuación en materia de seguridad y de política internacional para los próximos años, contempla como prioridades principales la propia seguridad de la UE (así como la de sus vecinos) y una gobernanza global para el siglo XXI. Estas prioridades son precisamente las mismas para la Estrategia Nacional de Seguridad de Japón. De igual modo, ambas potencias contemplan en sus estrategias la lucha contra el terrorismo, la ciberseguridad, la seguridad energética, el cambio climático y una política migratoria eficaz. No obstante, no sólo estos retos son compartidos sino también sus soluciones: una mayor cooperación al desarrollo, mayor multilateralismo, lucha contra el proteccionismo y una difuminación entre lo que es seguridad “exterior” e “interior”.
Por su lado, el segundo panel, de orientación más política, trató el tema “La Estrategia Indo-Pacífico: implicaciones regionales. ¿Cuál es el papel de la Unión Europea?” y contó con las ponencias de Fernando Alonso Navaridas, Subdirector General de Asia Meridional y Oriental (Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación), Fernando Delage, Profesor de Relaciones Internacionales y Subdirector de la Escuela de Posgrado (Estudios Internacionales), Universidad Loyola, Andalucía, y el invitado especial Yuichi Hosoya, Profesor de Política Internacional, Universidad Keio, Tokio. Todos ellos moderados por Alonso Dezcallar, Secretario General de las Fundaciones Consejo Asia-Pacífico.
Cuando hablamos del concepto de “Indo-pacífico”, nos referimos a una agenda política, a una respuesta por parte de países asiáticos ante el ascenso de China. En efecto, el aumento de capacidades chinas y su política revisionista ha causado que sus países vecinos intenten equilibrar su influencia. No hablamos tanto, de este modo, de un único espacio geoestratégico y geopolítico, sino que hacemos hincapié precisamente en esta agenda política; razón por la cual Pekín rechaza este término.
En esta dirección, Japón ha marcado distintas líneas en su Free and Indo-Pacific Strategy, resaltando tres fundamentos: el establecimiento de la libertad de navegación y del estado de derecho; perseguir la prosperidad económica mejorando al conectividad (con infraestructuras de calidad); y por último, el establecimiento de capacidades que permitan la seguridad de las rutas marítimas y la prevención de desastres naturales (reslience). Además, de forma novedosa engloba también a África y se presenta como un espacio común más que un “club cerrado”.
Por su parte, la Estrategia Indo-Pacífica estadounidense, se presenta como una sustitución de su proyección en la región hasta el momento. Así, esta nueva visión se sustenta en tres pilares: en cuanto al político, se desea reforzar las asociaciones políticas y reforzar la libertad de navegación y la desnuclearización de Corea del Norte. En el ámbito económico; un comercio libre y justo, y el desarrollo de infraestructuras de forma transparente. Finalmente, desde la perspectiva militar, se pretende un refuerzo de las capacidades de defensa en la región, en compromiso con los aliados. Esta nueva visión es más divisiva, en comparación con la japonesa, y geográficamente más estrecha. Además, no establece ninguna iniciativa comercial.
El Profesor Hosoya, por su lado, hizo una revisión del papel jugado por China, definiéndolo como un país que vela por sus propios intereses, que rechaza en gran medida el derecho internacional y que por ello, se hace difícil de considerar como “responsable” en el sistema internacional. Ello, unido al papel hostil de Estados Unidos en el orden global, hace que tanto Japón como la Unión Europea deban asumir su papel de líderes y defender un sistema internacional basado en reglas.
Eventualmente, contamos en el acto de clausura con Takuma Inoue, Jefe de la Sección de Coordinación, Protocolo y Coordinación de la Embajada de Japón en España, quien enfatizó esta cooperación UE-Japón en apoyo a valores y reglas internacionales comunes.
Silvia Prada