En esta vigésima edición, el programa incluyó dos mesas redondas. La primera, “Desinformación y noticias falsas en el contexto de la guerra híbrida”, estuvo moderada por Vicente Garrido, director general de INCIPE. Participaron el coronel José Luis Calvo, director de la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa (DICOES) de SEGENPOL, Ministerio de Defensa; Pilar Requena, directora de Documentos TV (RTVE) y presidenta de la Red de Periodismo de Investigación de la UER; y el coronel (r.) Ángel Gómez de Ágreda, director regional de EUROPAVIA para Oriente Medio.
La segunda mesa redonda, titulada “El papel de los medios en la detección y difusión de información sobre amenazas híbridas”, estuvo moderada por Javier Irazoqui, diplomático de DICOES–SEGENPOL, Ministerio de Defensa, y contó con la participación de Borja Díaz-Merry, periodista especializado en defensa y responsable de VERIFICA RTVE; Antxón Sarasqueta, presidente del Consejo de Administración de Radio Televisión Madrid y miembro del patronato de INCIPE; y José M. Rodríguez, redactor de El Mundo especializado en transformación digital, telecomunicaciones y medios de comunicación.
Ricardo Díez-Hochleitner subrayó que, desde hace dos décadas, este seminario desempeña un papel esencial en el análisis de cuestiones que inciden de forma transversal en la defensa, la seguridad y la relación entre instituciones y medios de comunicación en un entorno cada vez más complejo e interconectado. Recordó que los desafíos y amenazas híbridas combinan dimensiones militares y civiles, por ello, esta edición reúne a expertos de alto nivel procedentes del ámbito militar, académico, periodístico y diplomático para reflexionar sobre cómo se detectan, interpretan y comunican dichas amenazas, así como sobre los mecanismos que permiten responder colectivamente a ellas.
En su intervención, María José Muñoz Estévez, jefa de Comunicación Institucional y Prensa, Ministerio de Defensa, destacó el papel de la ciberseguridad como garante de las interacciones cotidianas de la ciudadanía. Advirtió que el avance tecnológico trae consigo nuevos riesgos y que, en el siglo XXI, la defensa y la seguridad ya no se libran únicamente en el terreno físico, sino también en el ciberespacio, convertido en un teatro de operaciones fundamental para preservar la soberanía, la integridad territorial y la estabilidad de los Estados. Subrayó que la guerra moderna se combate también con palabras, imágenes y datos, lo que sitúa a los medios de comunicación en una posición estratégica: una comunicación bien diseñada puede disuadir, influir y reforzar la unidad interna, mientras que una gestión deficiente puede erosionar la confianza pública y generar desestabilización.
Muñoz Estévez recordó que vivimos en una era de hiperconexión donde las redes sociales desempeñan un papel central como espacio informativo y de debate, pero también como terreno fértil para la difusión de mensajes falsos y campañas de influencia. Recordó que la información es hoy poder y vulnerabilidad, y que cada ciudadano tiene una responsabilidad directa en la protección del ecosistema informativo mediante el pensamiento crítico y la verificación responsable. Para concluir, dejó una reflexión que sintetiza su mensaje: “La desinformación se combate con conocimiento; los bulos, con prudencia; y las injerencias, con una ciudadanía informada, crítica y resiliente”.
El capitán de navío Antonio Notario, jefe de Planeamiento Político-Estratégico y de Cultura del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), abrió la conferencia inaugural subrayando que las ciberamenazas y la desinformación forman hoy parte del núcleo de la Seguridad Nacional. Su intervención se estructuró en torno a cinco ideas fuerza que, según señaló, están marcando la evolución del panorama estratégico y que orientan los trabajos en curso para la elaboración de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional.
En primer lugar, destacó la velocidad con la que se suceden acontecimientos de gran trascendencia. Hay décadas en las que apenas parece ocurrir nada, afirmó, y semanas que equivalen a décadas en términos de impacto estratégico. La segunda idea fuerza se centró en el momento crítico que atraviesa Europa desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022. Notario apuntó que el continente se enfrenta a dinámicas que condicionan su estabilidad: tensiones en el equilibrio de poder, auge de movimientos populistas, procesos de radicalización social y un incremento de la polarización política.
La tercera giró en torno al empleo de la tecnología como factor de ventaja estratégica. Subrayó que la superioridad tecnológica no solo determina capacidades militares, sino también la resiliencia institucional y la protección de los intereses nacionales.
La cuarta idea se centró en la incidencia de las nuevas tecnologías sobre el dominio cognitivo, es decir, su capacidad para influir en la forma en que pensamos y decidimos. Este ámbito está condicionado por el hiperbolismo y el ruido presente en las redes sociales, los desencuentros derivados de la política del “y tú más” y la proliferación de narrativas que presentan “verdades alternativas”. A ello se suma la desinformación procedente de injerencias externas en el marco de campañas híbridas.
Por último, Notario defendió la necesidad de formas de trabajo más modernas y cooperativas, apoyadas en un sector privado cada vez más implicado en la construcción de un país más seguro.
Todas estas ideas fuerza son objeto de análisis de la próxima Estrategia de Seguridad Nacional, actualmente en elaboración. Además, Antonio Notario reivindicó la solidez del proyecto de Seguridad Nacional desarrollado en España desde 2012, cuyos avances se sostienen sobre un enfoque abierto y multidisciplinar de la seguridad. Este se articula en tres círculos concéntricos: en el núcleo, la protección del ciudadano; en el plano intermedio, la seguridad de España; y en el exterior, el compromiso con la paz internacional y la defensa de los derechos humanos. Concluyó destacando el papel del propio Sistema de Seguridad Nacional, cuya piedra angular es el Consejo de Seguridad Nacional y que se apoya en diversos comités y órganos de colaboración, entre ellos el Foro Integral de Cultura de Seguridad Nacional, donde INCIPE, y su director, Vicente Garrido, participa como representante de los think tanks españoles.
Desinformación y noticias falsas en el contexto de la guerra híbrida
Durante la primera mesa redonda, titulada Desinformación y noticias falsas en el contexto de la guerra híbrida, el coronel José Luis Calvo centró su intervención en cómo las campañas de desinformación afectan directamente a nuestra seguridad. Aunque la manipulación informativa ha existido siempre, su impacto se ha disparado en la actualidad debido a la hiperconectividad del entorno digital. El Col. Calvo ofreció un repaso histórico de las operaciones de influencia, concebidas tradicionalmente como complemento a las operaciones militares para engañar al adversario, desmoralizar a la población enemiga y erosionar la confianza en sus líderes. Sin embargo, los cambios sociales, como el aumento de la alfabetización y el peso de la opinión pública, y los avances tecnológicos, especialmente la televisión y los entornos digitales, han invertido esta lógica, hasta el punto de convertir las operaciones de influencia en el núcleo central de algunas estrategias, relegando a planos complementarios las dimensiones militar, diplomática o económica.
El coronel Calvo subrayó que el mundo hiperconectado en el que vivimos, unido a un clima de fricción política y social, nos hace especialmente vulnerables, incluso en conflictos convencionales como el de Ucrania. Para combatir las campañas de desinformación considera imprescindible reforzar la confianza social en las instituciones y en sus líderes, devolviendo a la educación el papel de motor del pensamiento crítico, la verificación y la confrontación rigurosa de fuentes. Asimismo, apuntó que las instituciones deben adaptar sus herramientas de comunicación, incorporando nuevas tecnologías con coherencia y transparencia. Como tercera línea de actuación, destacó la necesidad de mejorar la capacidad de análisis, detección y respuesta ante estas campañas, desarrollando contra-narrativas eficaces cuando sea necesario y siempre con el objetivo final de proteger al ciudadano.
El coronel (r.) Ángel Gómez de Ágreda ofreció una visión más amplia del impacto de la guerra híbrida sobre el conjunto de la ciudadanía. Señaló que la combinación de operaciones convencionales y de influencia genera sinergias diseñadas para provocar emociones y moldear el relato. En relación con la comunicación institucional, advirtió que cada organismo posee objetivos y canales distintos, lo que dificulta la articulación de un mensaje común y reduce la capacidad de influencia del conjunto. A este desafío se suma la irrupción de los Advanced Persistent Manipulators, organizaciones creadas específicamente para manipular la opinión pública (sobre todo en redes sociales) mediante técnicas avanzadas. Estas plataformas fomentan la creación de burbujas informativas, como demuestran los recientes episodios de Nepal y, anteriormente, de Myanmar o Sri Lanka, que derivaron en graves disturbios.
Para hacer frente a estas amenazas, el Col. Gómez de Ágreda propone desarrollar una suerte de “cúpula de hierro” informativa con doble función: proteger los datos de los ciudadanos y evitar que dicha información sea empleada en su contra. La privacidad y la protección de datos, afirmó, son elementos esenciales, ya en proceso de fortalecimiento mediante nuevas herramientas y mecanismos. En cuanto al uso de la inteligencia artificial, subrayó su capacidad para recopilar grandes volúmenes de datos, generar discursos persuasivos y creibles y saturar el espacio informativo con ruido, restando el alcance de la información veraz.
La periodista Pilar Requena clausuró la mesa aportando la perspectiva de los medios de comunicación. Señaló que, pese a contar con herramientas y equipos de verificación, la prensa contribuye en cierta medida a la polarización. Además, recordó que la sociedad tiende a consumir información que confirma sus creencias previas, con independencia de su veracidad.
Para ilustrar el papel de la prensa como garante del rigor informativo, citó la investigación de un periodista belga infiltrado en la red de hackers Noname057(16). Allí se le asignaron diversas tareas dentro de una campaña para desacreditar a la OTAN, actuando como agente desechable: personas reclutadas habitualmente a través de redes sociales o servicios de mensajería para pequeñas operaciones de sabotaje o difusión dirigida. Requena mencionó también las campañas del grupo Storn-1516 en países como Alemania, donde clonaron con precisión las webs de medios de comunicación de gran difusión para publicar contenidos manipulado y noticias falsas.
El papel de los medios en la detección y difusión de información sobre amenazas híbridas
Durante la segunda mesa redonda, titulada El papel de los medios en la detección y difusión de información sobre amenazas híbridas, el periodista Borja Díaz-Merry centró su intervención en explicar el trabajo del equipo de VERIFICARTVE, especializado en la lucha contra la desinformación. Subrayó que su labor no consiste únicamente en desmentir bulos, sino también en contrastar información mediante técnicas de fuentes abiertas (OSINT). Díaz-Merry distinguió entre desinformación, información falsa o engañosa difundida de manera deliberada, y información errónea, producto de errores no intencionados. Su trabajo se orienta principalmente a la primera, por su impacto y consecuencias mayores. Asimismo, mencionó prácticas emergentes como el LLM grooming, consistente en difundir información falsa para nutrir a los modelos de inteligencia artificial y provocar respuestas incorrectas.
VERIFICARTVE forma parte de la Unión Europea de Radiodifusión y participa en dos alianzas: la Red de Periodismo de Investigación, liderada por Pilar Requena, y Spotlight, la alianza europea de medios públicos contra la desinformación. Díaz-Merry destacó también la investigación internacional Playing with Fire, destinada a elaborar un mapa de los episodios de guerra híbrida atribuidos a Rusia. Para concluir, recordó que la verificación es un complemento, pero nunca un sustituto del trabajo periodístico sobre el terreno.
Por su parte, José M. Rodríguez ofreció una visión más tecnológica sobre los retos del periodismo en la lucha contra la desinformación. Señaló que los medios tradicionales han dejado de ser los principales difusores de información, superados por buscadores como Google y por las redes sociales. Desde 2020, destacó, el consumo informativo ha cambiado de forma sustancial debido a factores como la proliferación del vídeo vertical, de carácter efímero y difícil de contextualizar; la creciente confianza en creadores individuales que operan al margen de los medios; y el peso decisivo del algoritmo, que determina qué contenidos llegan a cada usuario.
Estas transformaciones han situado a los medios ante una disyuntiva: mantener criterios periodísticos clásicos o adaptar su contenido al rendimiento algorítmico. Esta tendencia ha contribuido a un fuerte descenso de la confianza pública en los medios y a una caída general del consumo de noticias, tanto en prensa y televisión como en las propias redes sociales.
En este escenario, las grandes tecnológicas juegan un papel determinante, especialmente ante la posible llegada de la “era del clic cero”, en la que la mayoría de consultas informativas se realizarían mediante inteligencias artificiales como Gemini o ChatGPT. Esto plantea riesgos como la dificultad para atribuir fuentes, la proliferación de deepfakes, inexactitudes o la manipulación de los modelos mediante campañas de influencia. Para concluir, Rodríguez subrayó que el uso de la IA también puede abrir ventanas de oportunidad si se establecen alianzas estratégicas entre plataformas tecnológicas y medios tradicionales orientadas al uso de contenido verificado, una mayor transparencia y la creación de comunidades informativas más sólidas.
Por último, Antxón Sarasqueta ofreció una reflexión de carácter más amplio sobre la evolución del periodismo y la manera en que hoy se genera, gestiona y utiliza la información. Subrayó que la información puede responder a objetivos muy distintos, constructivos o perjudiciales, y que un uso inadecuado puede derivar en consecuencias negativas para la sociedad. Sarasqueta se refirió al contexto actual como una auténtica guerra de la desinformación, un escenario en el que el papel de los analistas de información adquiere una relevancia creciente, no solo en el ámbito periodístico, sino también en sectores como el militar, el sanitario y otros ámbitos profesionales que dependen de datos fiables para la toma de decisiones.
Clausura del Seminario
La jornada concluyó con unas palabras del director general de INCIPE, Vicente Garrido, quien subrayó la necesidad de fortalecer la cooperación entre instituciones, medios de comunicación y sociedad civil, y reafirmó el compromiso de INCIPE con la Cultura de Defensa como espacio de diálogo y análisis en colaboración con el Ministerio de Defensa.
Aranzazu Álvarez













