La Unión Europea ha experimentado en las últimas décadas un crecimiento económico muy grande, especialmente en los países que se encontraban bajo el área de influencia soviética antes de la caída del muro de Berlín. Para estos países, entre los cuales se incluye la República Checa y Eslovaquia, la Unión Europea ha representado un papel clave en el desarrollo de la región, que se encontraba en un estado preocupante en el momento de la disolución de la URSS.
La UE no debe entenderse solo como una mera unión económica. Jean Monnet, Robert Schumann y los demás padres fundadores siempre tuvieron en cuenta que se trataba de un proyecto político en constante y permanente proceso de expansión y desarrollo. Por lo tanto, el camino más prudente a seguir, sin duda alguna, será siempre el de fortalecer los lazos entre las distintas naciones europeas y fortalecer así las posibilidades de futuro y de éxito de la Unión Europea.
Otra de las características de la Unión Europea es que está comprendida casi en su totalidad por países de carácter continental y profundamente interconectado e interdependiente. Este es uno de los puntos en los que los británicos son diferentes al encontrarse más aislados de la Europa continental. Este hecho es otro de los motivos de fuerza para argüir que lo mejor para todos los países continentales es profundizar en su unión.
Uno de los grandes desafíos que deberá afrontar la Unión en un futuro cercano es el proyecto europeo de defensa. La defensa es una política clave y en estos momentos en la UE no se dispone de una política real de defensa común y tampoco de una política exterior común. En este sentido, se deberá reformar la Unión para afrontar con garantía los desafíos futuros que pudieran surgir en este ámbito tan importante para el conjunto de las naciones y ciudadanos europeos. La política de defensa no debe considerarse desde el prisma del miedo a países extranjeros, sino desde la perspectiva de convertirse en un actor de importancia dentro de la política internacional.
En términos de defensa, los países europeos han ido reduciendo de forma progresiva durante las últimas décadas sus presupuestos de defensa, amparados por la protección de la OTAN, sin embargo tras el giro estadounidense hacia Asia, los países europeos deberían incrementar de forma efectiva sus defensas.
En definitiva, el problema principal de Europa es que se trata de una Unión burocratizada en la que nadie se ha atrevido a tomar ningún tipo de decisión importante en los últimos diez años.
Para finalizar el encuentro se dio paso a un turno de intervenciones entre los asistentes donde se debatieron temas como el surgimiento de la extrema derecha populista en Europa y el futuro del proyecto Europeo, el Brexit y sus posibles consecuencias, las prioridades de los distintos países Europeos, la Europa de dos velocidades o problemas relacionados con los presupuestos hacia políticas de defensa.
Carlos Farré