El encuentro tuvo como tema principal la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en referencia a la agenda Mujeres Paz y Seguridad, y más concretamente la adopción de la última Resolución 2242 bajo la Presidencia española del Consejo de Seguridad.
En 2015 se celebró el 15º aniversario de la adopción de la Resolución 1325 (2000) en la cuál se integraban por primera vez las cuestiones fundamentales sobre la integración de la mujeres en los procesos de construcción y consolidación de la paz y su protección frente a la violencia sexual ejercida en zonas de conflicto. En ese marco, en 2015 el Consejo de Seguridad abría el debate sobre la necesidad de una actualización de la norma. Si bien se reconocía un completo marco normativo realizado por el Consejo, se evidenciaba la necesidad de una mejor aplicación práctica del mismo, en el que se reflejase el impacto de la eficacia y la sostenibilidad de los esfuerzos realizados en ello.
Bajo la Presidencia de España del Consejo de Seguridad la agenda Mujeres Paz y Seguridad fue fijada como uno de los objetivos prioritarios a seguir. En sus esfuerzos por lograr un mayor impacto en lo que a la participación de la mujer en los procesos de mediación y en la erradicación de la violencia sexual se refiere, España asumió dos compromisos o líneas de acción a seguir:
Se comprometió por un lado a actualizar el Plan de Acción Nacional elaborado en 2007, en el que se revisaban los indicadores necesarios para la cuantificación de los resultados y se le otorgaba una mayor integración de la sociedad civil, actor fundamental en la lucha por el empoderamiento de la mujer. En la actualidad, el nuevo Plan de Acción se encuentra en la última fase de redacción.
Otras de las acciones se han centrado en la promoción del establecimiento de una red de puntos de contacto. Mediante este proyecto se le da asistencia tanto a los Estados como a las organizaciones regionales en la aplicación de la norma, creando un marco informal que facilita el intercambio de buenas prácticas. Resulta necesario facilitar la labor de las organizaciones regionales, actor con una fuerte influencia en la puesta en práctica de dichas acciones.
Para finalizar el acto, se dio paso a un turno de preguntas en donde los asistentes debatieron temas como la aplicación de dichas medidas en países en los que no se ha elaborado todavía un Plan de Acción Nacional, la calidad de dichos planes la posibilidad de aplicar dichas prácticas al ámbito interno de los países o la necesidad de elaborar una regulación que elimine la impunidad con la que se ejerce la violencia sexual en zonas en conflicto.
Helena Arrizabalaga