El Grupo de Visegrado se fundó en febrero de 1991 durante una reunión celebrada en la ciudad húngara de Visegrado, que reunió al Presidente de Checoslovaquia, el Presidente de Polonia y el Primer Ministro de Hungría. Este encuentro marcó el inicio de una alianza centrada en reforzar la cooperación y la amistad entre los países de Europa Central, tomando su nombre de esta histórica ciudad. El evento tiene un vínculo simbólico con otro celebrado en el mismo lugar en 1335, donde Juan de Luxemburgo, Rey de Bohemia, Carlos I de Anjou, Rey de Hungría, y Casimiro III, Rey de Polonia, sentaron las bases para intensificar las relaciones en la región. En ambos casos, la vocación ha sido la misma: promover la unidad y la colaboración entre estos Estados.
Entre julio de 2017 y junio de 2018, Hungría asumió la Presidencia rotativa del Grupo de Visegrado (V4). Durante sus 26 años de existencia, el V4 ha representado los intereses de Europa Central, especialmente desde su adhesión a la Unión Europea en 2004. Ha desempeñado un papel crucial en la prosperidad y estabilidad del continente, fomentando el desarrollo económico, el apoyo a los países vecinos de los Balcanes Occidentales y abordando cuestiones globales, como la gestión de la crisis migratoria. Los países que integran el V4 se han consolidado como motores de estabilidad y crecimiento dentro de la UE, con una firme voluntad de contribuir al diálogo sobre el futuro de Europa.
La Presidencia húngara, bajo el lema «Connects», refuerza los logros de sus predecesoras y destaca el impacto positivo de la cooperación en el marco de Visegrado. Este lema subraya el compromiso con la conectividad en áreas clave como la energía, las redes de transporte y la transición digital. Además, refleja el espíritu inclusivo y abierto del Grupo, que busca conectar países, gobiernos, personas, ideas y valores para afrontar de manera conjunta los desafíos que afectan no solo al V4, sino también al resto de Europa y la comunidad internacional.
Aranzazu Álvarez