Así, el cambio de paradigma tras la Guerra Fría, las actuaciones en las Guerras de los Balcanes, la evolución de misiones de combate a misiones de formación en Afganistán y las misiones marítimas, entre otras, son un ejemplo de la destreza de la OTAN a la hora de responder a los cambios globales. Hoy en día, la alianza busca contrarrestar las ciberamenazas y la guerra híbrida, empleando para ello el denominado “enfoque en 360 grados”, que engloba todo de tipo de actuaciones, pero prestando atención a dos de los grandes problemas: la tensión en el este de Europa y la presión migratoria desde el sur. Para ello, la organización ha revisado su actuación en cinco áreas: el fortalecimiento de la defensa colectiva y de la capacidad de disuasión, la proyección de estabilidad hacia el sur (entrenando a las fuerzas de seguridad de países del Magreb), la lucha contra la amenaza terrorista, el fortalecimiento de la relación entre la Unión Europea y la propia OTAN (destacando la creación de un centro en Helsinki contra la Guerra Híbrida) , así como la reforma de la estructura de mandos de la alianza, creando un mando marítimo y otro de carácter logístico para el movimiento de tropas en Europa.
Además, desde 2014, la OTAN ha desplegado varios contingentes en los países del Este: en las repúblicas bálticas y en Polonia se encuentran acantonados cuatro battlegroup, en el Mar Negro se sitúa el cuartel de la brigada multinacional, y hay ocho pequeños acuartelamientos en los países limítrofes con Rusia. Este despliegue busca mandar señales efectivas de que hay una capacidad de despliegue. En lo relativo a la lucha contra el terrorismo, López-Navarro señaló que la prioridad es “enseñar a los socios a defenderse”, pero también mencionó la creación de una unidad de inteligencia exclusiva de la OTAN.
Asimismo, destaca el esfuerzo de los países miembros por llegar –o al menos acercarse- al gasto en defensa del 2% del PIB y puso sobre la mesa los ejes sobre los que girará la actuación de la OTAN en los próximos tiempos: la colaboración en la movilidad militar, la lucha contra el terrorismo, la inclusión de más mujeres en el seno de la organización y, a través de la campaña #WeAreNATO en las redes sociales, dar a conocer la alianza atlántica y sus valores –defensa de la libertad individual, de los Derechos Humanos y de la Democracia- a los jóvenes.
Pablo Blanco