Situación y relevancia de la inseguridad alimentaria en América Latina hoy

El pasado 31 de octubre de 2018, INCIPE organizó un Desayuno de Trabajo bajo el título Situación y relevancia de la inseguridad alimentaria en América Latina hoy, cuya presentación corrió a cargo de D. Miguel Barreto, Director Regional para América Latina y Caribe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP). El Programa Mundial de Alimentos (World Food Program) es la organización humanitaria líder en la lucha contra el hambre, siendo la Agencia más grande dentro del seno de Naciones Unidas. El Programa Mundial de Alimentos lidera los trabajos de NN.UU. frente situaciones de emergencia, siendo responsable de movilizar alimentos y fondos en operaciones de asistencia frente a emergencias y comunidades afectadas por crisis prolongadas.

Los esfuerzos del WFP se enfocan en la nutrición (especialmente a combatir la desnutrición crónica infantil), las migraciones, el cambio climático, la reacción frente a desastres naturales o la igualdad de género.

Tratando específicamente el caso de América Latina, si bien es cierto que se ha conseguido un avance destacado en términos generales, las cifras de los últimos tres años arrojan un escenario preocupante, ya que la subnutrición y el hambre han aumentado considerablemente. La inseguridad pública, la violencia o la falta de educación son factores que están directamente relacionados con la inseguridad alimentaria. Entre otros desafíos cabe destacar los flujos migratorios, especialmente desde el triángulo norte centroamericano hacia Estados Unidos y los procedentes de Venezuela a sus países vecinos. Asimismo, el cambio climático, con el sustancial incremento de los desastres naturales, plantea un panorama en el que la adaptación geográfica, la cooperación y la inclusión de estos asuntos en las agendas políticas estatales serán vitales.

El Desayuno de Trabajo se ha centrado en la importancia que suponen las denominadas Redes de Protección Social, destacando, entre otros, el éxito llevado a cabo en Ecuador tras el terremoto del año 2016. Las nuevas políticas públicas deben enfocarse en el desarrollo positivo de este nexo, vinculando las necesidades más inmediatas de la población y sus gobiernos. Para ello, es necesario recuperar la inversión y establecer una mayor responsabilidad con la inyección de fondos y con las transferencias financieras con el objetivo de desarrollar mecanismos innovadores que puedan adaptarse y hacer frente a todos estos retos de una manera renovada.

El WFP insiste en que la misión no termina en la mera entrega de alimentos, sino que se apuesta por programas de desarrollo, cooperación, educación, entre otros, y cubriendo la brecha de conocimiento gubernamental para conseguir una mejor logística y unas estrategias más eficaces. La alimentación escolar, la educación nutricional y el impulso de los centros de salud son algunas de las actuaciones que el Programa lleva a cabo, además de hacer llegar la ayuda humanitaria a más de 200 millones de personas a diario.

Andrei Rosca