En esta Convención se aprobaron tres protocolos con el fin de frenar y detener al crimen organizado:
– El Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Seres Humanos, especialmente mujeres y niños.
– El Protocolo de las Naciones Unidas contra el tráfico de Migrantes por Tierra, Mar y Aire.
– El Protocolo de las Naciones Unidas contra la fabricación y el tráfico ilícito de armas de fuego.
Asimismo, la Convención de Palarmo se complementa con la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilegal de sustancias estupefacientes de 1988. Es habital que el crimen organizado se especialice por regiones y zonas de influencia, puediendo darse el caso de que varios grupos operen en una misma área geográfica y dedicarse al mismo tipo de crimen, desembocando en un enfrentamiento entre ellos. La amenaza del crimen organizado se retroalimenta a sí misma y tiene grandes conexiones con el terrorismo.
españa ha tenido un papel principal en la lucha contra el crimen organizado, especialmente en la idea que impulsó acerca de la relación entre el Crimen Organizado y el Terrorismo, algo que inicialmente el resto de países negaba, y hoy en día es una afirmación que toda la comunidad internacional respalda. Por otro lado, cabe mencionar que en todos los conflictos existentes actualmente, hay al menos un actor no estatal involucrado en el conflicto.
Sin embargo, el Crimen Organizado y el Terrorismo están lejos de ser lo mismo, pese a que pongan en práctica modus operandi similares. El Crimen Organizado tiene como objetivo el beneficio material o económicoo. Mientras tanto, el terrorismo busca otro tipo de beneficio, esencialmente político.
La principal tarea de la Convención de Palaermo es proporcionar la capacidad de luchar contra el Crimen Organizado a aquellos Estados que se ven sobrepasados por las mafias. El actor fundamental es el Estado, y tiene que ser él el que ponga en práctica todas las acciones para garantizar la seguridad en su territorio. Abordar un problema global requiere una estrategia global y es por ello por lo que los países tienen que concienciarse de la necesidad de crear unos estándares mínimos de lucha contra el crimen organizado. Esta lucha debe llevarse a cabo de manera conjunta, ya que un mismo grupo puede operar en diferentes países a la vez. La cooperación, tanto policial como judicial, es imprescindible para llevar a cabo una lucha eficaz contra el Crimen Organizado. Al mismo tiempo, podemos pensar que este tipo de convenciones no son más que papel mojado, mas ha de ser el Estado el que de sentido a este tipo de convenciones internacionales y se valga de ellas para aumentar la cooperación con otros países que están sufriendo la misma amenaza, ya que al fin y al cabo es el Estado el que ha de acabar con el crimen organizado.
Iñaki Goenaga