El enfoque de género en la política exterior española

El martes 9 de abril de 2019, tuvo lugar un Desayuno de Trabajo organizado por el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (INCIPE), con el título de El enfoque de género en la política exterior española. La ponente principal fue María Clara Girbau, Embajadora en Misión Especial para el Fomento de las Políticas de Igualdad de Género y Conciliación del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

El enfoque de género es el proceso por el que se analizan las implicaciones que toda política pública tiene sobre las mujeres en los diversos aspectos de sus vidas, es decir, de manera transversal. La normativa en España presenta una amplia base jurídica además de diversos planes estratégicos de igualdad, y las funciones de la Embajadora se centran en el desarrollo y aplicación de estas políticas mediante, entre otras medidas, el incremento de la presencia de mujeres en el ámbito internacional. Las dos vertientes en las que se centra la política de igualdad y conciliación son la gestión interna del Ministerio y la actividad Exterior, especialmente a través del hilo conductor que ofrece el objetivo quinto de la Agenda 2030.

En cuanto a la dimensión exterior, España es un referente en política feminista y de igualdad a nivel mundial. La normativa se ha aplicado diligentemente para impulsar proyectos de análisis y desarrollo de políticas de género, sin embargo, el trabajo de visibilización y normalización de los mensajes que el MAEC pretende fomentar todavía es ineficaz. Más allá del ámbito de la cooperación al desarrollo, también se está explorando el enfoque de género en la política de defensa y seguridad.

Por lo que respecta a la dimensión interior, la Embajadora dirige dos unidades diferenciadas: la unidad de igualdad y la unidad de familias. La relevancia especial del desarrollo del enfoque de género a nivel interno deriva, más allá de una cuestión de justicia social, de la manera en que esto condiciona toda la política exterior. No es posible abogar por temas de igualdad en la actividad de cooperación si en el propio MAEC no se aplican cuidadosamente las cuestiones transversales de género. Esta coherencia depende, por tanto, del fomento de la presencia femenina en el cuerpo diplomático (que ahora mismo es un 26% del total), tanto en el aspecto cuantitativo como en el cualitativo.

En definitiva, es una cuestión de trabajar juntos para realizar una mejor política exterior incorporando los intereses de las mujeres (en un campo tradicionalmente masculino) y para impulsar las políticas y planes que ya tenemos.

Sara Soto