El III Plan África y la última frontera de la política exterior de España

El 28 de junio de 2019, el Instituto de Asuntos Internacionales y Política Exterior (INCIPE) organizó el Desayuno de Trabajo III Plan de África y la Frontera Final de la Política Exterior Española, que contó con Raimundo Robredo Rubio, Director General para África en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

África, y en concreto el África subsahariana, continúa siendo una región en vías de desarrollo, fruto de la inestabilidad política y económica de determinados estados. La historia de regímenes dictatoriales como Mugabe o Al Bashir han influido en esta percepción, aunque tienen poca incidencia en la situación actual del continente. África representa una de las economías más jóvenes del mundo, en constante cambio y expansión. Pese a la ventaja económica que puede suponer una inversión extranjera en la región la incertidumbre política en los últimos años ha supuesto que sea un país el que lleve la ventaja en términos de inversión extranjera; China.El gigante asiático ha liderado la inversión directas en diferentes países africanos, financiando proyectos de infraestructura y facilitando préstamos a los gobiernos de todo el Continente.

España, siendo la nación europea más cercana al continente africano, tiene capacidad para actuar como facilitador, con el objetivo de establecer conexiones económicas fuertes y estables entre la UE y África. España tiene actualmente 23 embajadas y 3 consulados, además de 8 oficinas comerciales y centros de intercambio de idiomas y culturales. España no sólo ha ayudado económicamente, sino también militarmente gracias al despliegue de unidades especiales que garantizan la paz en la regiones mas conflictivas.

En lo relativo al III Plan África, hay cuatro objetivos principales.El primero de ellos es la seguridad, factor indispensable para cualquier crecimiento, ya sea social, económico o político.

Hay cuatro objetivos principales esbozados en el plan terciario de África. El primero de ellos es la seguridad, el factor necesario para cualquier crecimiento, ya sea social, económico o político. En segundo lugar el desarrollo, indispensable para modernizar sus economías y detener la constante emigración a otras naciones africanas y en menor medida hacia el continente europeo. El tercer objetivo es la institucionalización, o dicho de otra forma, la integración de todos los miembros de la sociedad en las instituciones. Como resultado, fomentaría la participación y proporcionaría soluciones alternativas en la formulación de políticas. Como cuarto y último objetivo, la movilidad como medio para liberar el flujo de capitales con el fin de crear una economía continental más versátil y de mayor rendimiento.

Es de esperar que estos objetivos puedan revertir las políticas de inversión tanto de España como de otros países de la UE, estrechando lazos económicos y diversificando la inversión en el continente, actualmente dominada por China. La cooperación entre Europa y África crearía uno de los sistemas económicos más grandes del mundo, facilitando el progreso económico y la estabilidad política en el continente.

Joshua Bristol