La sesión se desarrolló en español y congregó a una audiencia interesada en comprender los factores que han impulsado el crecimiento geopolítico de la región del Golfo Pérsico. Para ello, contamos con la participación de Miguel Moro, responsable para Siria y Yemen del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC), así como responsable de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en ese mismo ministerio. Durante la sesión, Miguel Moro presentó un análisis detallado de la importancia de los países del Golfo Pérsico como actores geopolíticos, destacando los distintos factores que han llevado a su nuevo posicionamiento estratégico.
Miguel Moro comenzó su intervención señalando la posición clave que han adquirido los países del Golfo en los últimos años, con el traslado del centro de gravedad del mundo árabe hacia esta región. Aunque estos países siempre han contado con grandes reservas energéticas y brazos financieros, no ha sido hasta los últimos años que fenómenos como la primavera árabe y determinadas cuestiones del orden económico internacional han afirmado su liderazgo. Miguel Moro menciona como su nueva posición se debe también a la toma de conciencia por parte de los dirigentes de estos países de la oportunidad que les ofrecía la cambiante escena internacional, ante el declive de potencias históricas del mundo árabe como Jordania, Siria o Egipto.
Entre los factores que han propiciado este cambio de eje, el ponente señala en primer lugar el peso económico y demográfico de la región. Aunque todos los países del Golfo cuentan con un PIB muy destacado, Arabia Saudí y EAU se destacan como las principales potencias, con una concentración del 75% de la economía de la subregión. Además, el Golfo cuenta con un mercado atractivo de en torno a 50-60 millones de personas, con el 70% de la población por debajo de los 30 años. De acuerdo con Miguel Moro, estos factores demográficos establecen la dirección que deben tomar las reformas actuales y futuras para poner en valor estas energías disponibles.
En el sector energético, Miguel Moro destaca las amplias reservas de petróleo, con el conjunto de las reservas de los países del Golfo posicionando la región como la primera del mundo en concentración de crudo. Arabia Saudí se establece como primer exportador mundial, con una concentración del 17% de las reservas comprobadas del mundo, mientras que Kuwait, EAU y Qatar ocupan la sexta, séptima y décimo cuarta posición respectivamente. Respecto al gas natural, Qatar es el país clave con aproximadamente el 12,8% de las reservas del planeta, seguido de Arabia Saudí (4,2%) y EAU (3,1%).
Miguel Moro señala cómo estas reservas energéticas van favoreciendo la importancia financiera de estos países, realidad que se materializa en su concentración de casi la mitad de los mayores fondos soberanos (6 de 15), fundamentales para el desarrollo interno de sectores económicos estratégicos, así como para la actividad de inversión internacional de estos países. Los estados del Golfo, además, asientan su poder en su capacidad de ser donantes internacionales. En 2022, los 4 países principales del Golfo invirtieron, según la OECD, una cifra aproximada de 9,2 billones de dólares, sobre todo en su principal zona de influencia, la MENA, aunque también en el África Subsahariana y América Latina. Miguel Moro menciona cómo esta capacidad impone un desafío a la política financiera de los donantes occidentales, ya que los países del Golfo no imponen criterios de condicionalidad a sus donaciones. Otro de los factores en el que estos países asientan su importancia es en el hecho de ser hubs logísticos internacionales por su posición en la encrucijada de distintos mundos.
Asimismo, Miguel Moro destaca el rol central que estos países han adquirido en la transición verde. De esta forma, el ponente señala que su poder y capacidad de influencia no solo radica en que son grandes productores de energías fósiles, sino que además han ido afirmándose como países muy decisivos en la transición verde, con un auge cada vez mayor de las renovables. Arabia Saudi, EAU, Kuwait y Bahréin son ejemplos de países del Golfo con grandes proyectos de energía renovable en curso que incluyen infraestructuras con plantas de hidrógeno verde, energía solar, etc.
Todos los elementos destacados hacen que estos países afirmen su acción exterior, formada, tal y como explica el ponente, por una combinación de elementos tradicionales y otros más novedosos, como la diplomacia del petróleo y del gas, o la diplomacia de la chequera que aplican a través de sus grandes fondos de inversión.
La política exterior como instrumento clave de la acción exterior de estos países se ha ido también reafirmando gradualmente hacia estrategias más asertivas, siendo clave de ello la intervención en la primavera árabe de acuerdo con sus intereses específicos, así como su actual intervención creciente en países del áfrica subsahariana. Todo ello de la mano del auge de la zona en materia de defensa, con Arabia Saudí, EAU y Qatar entre los diez mayores importadores de armamento del mundo. Además, ha crecido también su importancia como productores de armamento. Estas estrategias van acompañadas del uso de la soft diplomacy, una política de atracción a través de grandes instituciones culturales, educativas, o de su gran potencial turístico.
El ponente también destaca el importante papel del Consejo de Cooperación del Golfo como institución agrupadora de estos países. Se trata de un organismo de coordinación y de armonización cuyo fin definitivo sería la integración, aunque las discrepancias políticas y los problemas de cohesión hacen difícil esta última meta.
Miguel Moro finaliza su intervención mencionando algunos de los retos futuros que podrían encontrar los países del Golfo, como la dependencia de los hidrocarburos, establecer su verdadera dirección energética, los derechos humanos, la involución por sectores conservadores o religiosos, o la seguridad en vista de nuevas crisis en subregiones colindantes. Además, el ponente destaca la necesidad de España de avanzar hacia una relación más consistente y estratégica con el Golfo, ya que a pesar del aumento de la atención a la zona en los últimos años, esta sigue siendo insuficiente cuando se compara a los esfuerzos de otros países de su entorno.
La sesión concluyó con un debate donde los participantes pudieron plantear preguntas sobre los temas tratados. Este intercambio subrayó la relevancia de comprender los factores que han empujado a una mayor proyección estratégica de los países del Golfo en los últimos años.
Lucía Rodríguez